Cada vez son menos las personas que se identifican llanamente como heterosexuales, homosexuales o bisexuales y parece necesario inventar una nueva escala que permita conocer un reflejo más completo de la diversidad sexual.

Sí, habrán personas que se identifican como homosexuales, heterosexuales y bisexuales; pero seamos sinceros, la gran mayoría caemos en algún extraño lugar entre todas estas denominaciones. Por esta razón, Alfred Kinsey desarrolló la conocida escala de Kinsey en 1948, la cual propone niveles de homosexualidad y heterosexualidad en los que uno se puede situar. Siendo el cero una atracción exclusiva al sexo opuesto y el seis al mismo sexo.

La escala de Kinsey ha sido ampliamente aceptada y muchos estudios demuestran su utilidad. Si nos limitamos a las categorías de homosexualidad y bisexualidad solo un 1,6 % de las personas se identifican con estos términos, el resto prefiere la heterosexualidad. No obstante, cuando se hace la misma pregunta con dicha escala, la mitad de las respuestas se mueve entre el uno y el cinco. Interesante, ¿no?

Bueno, aunque esta medición ha servido por los últimos 60 años, un usuario de Reddit publicó un cuadro que propone ampliar la escala incluyendo una nueva variante: el «interés» o «desinterés» por el sexo y el amor como tal.

Tomada de Reddit.
Tomada de Reddit.

La escala rojo-púrpura discrimina las columnas por la orientación sexual y lo mide de cero a seis, al igual que Kinsey. Pero las filas proponen en adición “el tipo de atracción”. Desde “A”, aromántico asexual; hasta “F”, hipersexual. Las demás categorías son: romántico asexual, sexual terciario, sexual secundario y sexual primario.

La primera parte se enfoca en quién nos interesa y la segunda en cómo nos interesa. Aunque la publicación ha recibido todo tipo de comentarios, no podemos negar que es una adición interesante a la conceptualización de la sexualidad. Especialmente cuando existe tanta ignorancia en torno a la asexualidad y el aromanticismo, los cuales no siempre se mueven a la par.

Claro está que este cuadro sigue siendo insuficiente, pues no incluye en ningún lado la atracción por el mal llamado “tercer sexo”. El cual en sí tiene una gama gigante de manifestaciones que vuelve obsoleto el seguir pensando simplemente en atracción hacia el mismo sexo o el opuesto.

No obstante, no deja de ser una propuesta interesante. Si vieras este cuadro, ¿en qué casilla crees que te ubicarías? Y más aún, ¿qué tal si pensamos si estas casillas son definitivas o cambian en cualquier momento de nuestra vida? En ese caso, ¿para qué seguir insistiendo en nombrar lo innombrable?

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