Han pasado cuatro décadas y el estigma sigue siendo un factor predominante a la hora de prevenir el VIH. El diagnóstico, en muchos casos tardío, nos invita a reflexionar sobre la importancia de hablar y educar sobre el VIH/SIDA.
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Desde el primer caso de VIH reportado en 1984, Colombia ha venido registrando un aumento sostenido en los casos documentados. En 2019 se notificaron 17.346 casos, cifra que descendió a 13.605 en 2020, probablemente por el impacto de la pandemia en el acceso a los servicios de salud.
Se estima que en 2020 177.871 personas vivían con VIH en nuestro país, lo que representa una prevalencia del 0,44% en el grupo de 15 a 49 años, lo que hace a esta población, un objetivo importante a la hora de la prevención. No obstante, de acuerdo con la información revelada en Colombia, solo el 71,1% de las personas con VIH conoce su diagnóstico; aunque del total diagnosticado, el 93,5% está en tratamiento y el 88,7% alcanza la supresión viral.
De acuerdo con estas cifras, de la meta propuesta al 2020, nuestro país solo la cumple en el indicador del porcentaje de personas que están en tratamiento retroviral, con un 93,5%. El diagnóstico sigue siendo un talón de Aquiles y, finalmente, la supresión viral estuvo a pocos puntos porcentuales de llegar. Estas cifras, más allá de evidenciar un incumplimiento de los objetivos, reflejan la necesidad de seguir sumando voluntades para hacer posible la erradicación de muertes por SIDA y el final de la pandemia del VIH/SIDA al año 2030.
En Colombia, para el año 2020 se presentaron 2.131 defunciones a causa del SIDA. Muchos de esos casos, como resultado de un diagnóstico tardío y de las barreras de acceso a la TAR.
Otras ITS en Colombia
En cuanto a otras ITS, la hepatitis B y C también han mostrado cambios en su incidencia. En 2019 se reportó una tasa de hepatitis B de 3,5 por 100.000 habitantes, que disminuyó a 2,5 en 2020; para la hepatitis C, la incidencia pasó de 1,7 a 1,3 por 100.000 habitantes. Asimismo, la realización de pruebas de tamizaje para sífilis, clamidia y gonorrea se redujo en 2020, lo que dificulta la detección oportuna de estas infecciones.
Lo que se viene
Para alcanzar la meta 95-95-95 al 2030, es imprescindible implementar las siguientes acciones:
- Fortalecer la detección temprana, aumentando el acceso a pruebas rápidas y descentralizadas, e integrándose en plataformas como el Sistema Integral de Información de la Protección Social, herramienta que permite recopilar, procesar y organizar información para la toma de decisiones. SISPRO.
- Implementar estrategias focalizadas en poblaciones clave, con intervenciones comunitarias y campañas de sensibilización que incentiven la realización de pruebas.
- Garantizar la atención integral y la continuidad en el tratamiento antirretroviral, reduciendo la brecha diagnóstica y optimizando la respuesta en la atención.
- Impulsar el uso de la PrEP y PeP como parte complementaria de la prevención combinada y fortalecer las campañas educativas que refuercen la importancia del autocuidado.
- Mejorar los sistemas de información y la coordinación interinstitucional para monitorear de forma precisa los indicadores de VIH e ITS y ajustar las intervenciones según la evidencia.
Estas acciones, alineadas con los objetivos propuestos por ONUSIDA, son fundamentales para reducir la transmisión y mortalidad asociada al VIH y otras ITS, y para consolidar una respuesta integral y oportuna en Colombia.
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