Xavier Dolan, una de las figuras más influyentes del New Queer Cinema —movimiento que pretende reflejar la cultura homosexual prescindiendo de cualquier intento de juzgar moralmente a sus personajes—, deslumbró a la crítica especializada cuando en el año 2009 presentó Yo maté a mi madre —J’ai tué ma mère—, su primera propuesta cinematográfica. Un año más tarde, realizaría Los amores imaginarios —Les amours imaginaires— (2010), que confirmaría su indiscutible talento.
En Laurence Anyways (2012), su última película, mantiene sus preocupaciones temáticas en torno a la sexualidad, pero dando un paso más allá en el enfoque de la misma. En ella cuenta una historia que tiene lugar en los años noventa, y cuyos protagonistas son Laurence Alia (Melvil Poupaud) y Fred Belair (Suzanne Clement). Laurence es profesor de inglés y Fred trabaja en la industria cinematográfica. Ambos mantienen una relación sentimental estable, que ya lleva varios años. Sin embargo, la armonía de este romance se verá afectada cuando Laurence les confiese a su novia, su familia y amigos que va a empezar a vestirse como una mujer, y que está contemplando la posibilidad de cambiar de sexo.
A partir de esta confesión se desatan el drama y la tragedia, tanto para el protagonista como para los que lo rodean, particularmente para su prometida. Fred, a pesar de los prejuicios de la sociedad, a los que ella no es ajena, intenta y lucha denodadamente por mantenerse al lado de Laurence. No obstante su amor, es difícil para ella asumir de un momento a otro que su compañero sentimental ya no es un hombre… Al menos como ella lo concibe. En su desconocimiento, Fred asimila la transexualidad con la homosexualidad, situaciones que no siempre se dan de manera simultánea. Finalmente, la convivencia entre los dos se hace insoportable.
El cambio del comportamiento del protagonista parece totalmente extraño, pero a medida que la película avanza se va encontrando justificación a dicho cambio. A pesar de todo, Fred y Laurence siguen enamorados, pensando el uno en el otro y, pese a ese alejamiento, intentan rehacer su vida en el final de la película, pero es imposible por todo lo que ha pasado.
El director canadiense ahonda con gran respeto en la evolución que Laurence va experimentando. Pone de presente sus sufrimientos más íntimos, y hace que el espectador se identifique con el conflicto que debe soportar durante más de diez años. Hace sentir como propio el rechazo de una sociedad prejuiciada, y la discriminación laboral y social a la que es sometido. Comprendemos lo difícil que resulta ser diferente.
Sorprende que un director tan joven —nació el 20 de marzo de 1989 en Montreal, Canadá— muestre tanta madurez y tanto compromiso a la hora de acercarnos a un tema, que si bien ya ha sido tratado muchas veces en el cine, se despoje de todos los estereotipos de otros directores para dar a la historia un tratamiento diferente. Dolan, más allá de la transexualidad o de la búsqueda de la identidad sexual, habla del encuentro consigo mismo, de perseguir a toda costa el camino de una vida auténtica sin importar los obstáculos que deba superar. Y ese es el reto que debe asumir Laurence: ser él mismo, incluso a cambio de renunciar al amor de Fred.
Laurence Anyways podría pensarse, entonces, como una hermosa historia de amor. Un amor, no ya entre una mujer y un hombre atrapado en un alma femenina, sino en el amor a uno mismo… Un amor que puede interpretarse como egoísta, pero que es, ante todo, la expresión de la más genuina libertad.
Esta última entrega de Xavier Dolan, nostálgica e introspectiva, confirma con creces su talento. En ella se consolidan sus constantes estilísticas y sus premisas conceptuales que caracterizan su corta pero interesante filmografía. Sin lugar a dudas, una de las propuestas más sinceras, comprometidas e inteligentes del cine contemporáneo, sobre el tema de la transexualidad. Una película hermosa, esclarecedora e imprescindible.
Laurence Anyways (2012). Género: drama, transexualidad. País: Canadá. Duración: 168’
Dirección y guion: Xavier Dolan-Tadros. Intérpretes: Melvil Poupaud, Suzanne Clément, Nathalie Baye, Monia Chokri, Yves Jacques, Catherine Bégin, Sophie Faucher, Guylaine Tremblay, Patricia Tulasne, Mario Geoffrey, Antoine-Olivier Pilon. Fotografía: Yves Bélanger.
Por: Mario Arango Escobar