Para los amantes de los desfiles y shows de moda, Victoria’s Secret era una cita anual que no se podían perder; pues, aunque el formato era un poco monótono, deslumbraba con las modelos más codiciadas y los artistas del momento.
Un desfile que trascendía y se convertía en toda una puesta en escena, que vendía una “perfección ideal” -incluso peligrosa-, donde se marcaba un estandarte utópico sinónimo de belleza y seducción, los famosos Ángeles de Victoria’s Secret.
Sin embargo, cada vez eran más las voces que pedían un cambio en el modelo; a modo de una apertura en el mundo de la moda mostrando mujeres reales, imperfectamente perfectas, bellas en todo su esplendor y que coincidiera con la mujer de a pie. No solo el ideal utópico producto de arduas jornadas de entrenamiento y drásticas dietas para moldear los cuerpos “perfectos” de dichos ángeles.
Ed Razek, ex director de marketing de la firma, quién coincidencialmente renunció luego de que se publicara la primer campaña de Victoria’s Secret con una modelo trans, defendía su círculo cerrado de modelos al decir que lo que vendía era una fantasía. Estos referentes de belleza ponen en juego el autoestima y amor propio de cada mujer, generando modelos de lo que es un cuerpo correcto y lo que no, perpetuando en el imaginario social un estereotipo de belleza.
¿Acaso las mujeres de tallas grandes no son sexys? ¿O las personas con algún tipo de discapacidad no pueden usar lencería sexy? Los tiempos están en constante cambio. Los cánones tradicionales de belleza están devaluados. Todos los cuerpos son hermosos y sexys. El sexo es energía que mueve y transforma. El amor propio y el empoderamiento de los cuerpos transgresores que siempre han estado en la periferia del mundo de la moda, empiezan a exigir ser visibilizados. Lo cual no ha sido posible en Victoria’s Secret.
Ahora bien, si de romper con la lógica de los estereotipos se trata, el show que se vivió a mediados de septiembre en la Semana de la Moda de New York 2019 con Savage x Fenty de Rihanna demuestran como la moda puede ser un medio para visibilizar esas otras formas de ser, esos otros cuerpos, toda una oda a la inclusión. El show que dio Rihanna podría mostrarse como una versión “nigga” del Victoria’s Secret, una versión incluyente, que resalta la individualidad, lo afro y que vende un mensaje de todos los cuerpos son sexys.
Todo un show de luces, bailarines y artistas invitados al estilo de un video musical, que mostraba la lencería de una forma dinámica y cómoda con un casting de modelos en toda una gama de bemoles que le daban valor agregado a la propuesta.
Mujeres afros de todas las tallas, mujeres plus sizes, la presencia de 4 top models que caminaron junto a una modelo trans y una drag queen. Esto son las mujeres reales. Estos son los referentes que deberían tener en su día a día las mujeres: personas de carne y hueso que muestren las múltiples formas de lo que ser mujer representa.
Savage x Fenty fue toda una celebración de la diversidad, del empoderamiento de las nuevas formas de ser mujer, los cuerpos disidentes, el amor propio y la sensualidad explosiva en todos estos cuerpos. Este tipo de shows son los que se necesitan en este momento.
Usar la moda como un canal para impactar las nuevas generaciones y llevar un mensaje transformador, donde todos nos reconozcamos como iguales, como seres humanos.
Y como dice Rihanna:
“Savage x is about respect. Do what you do. Be unapologetically you. Embrace individuality”
(Salvaje x se trata de respeto. Hacer lo que haces. Sé sin pedir disculpas. Abraza la individualidad).
