Hay unos factores de riesgo que afectan directa e indirectamente a la persona mayor.
Al estar en un estado concentrado de aislamiento, se les impide realizar actividades de su vida cotidiana como caminatas, ejercicios al aire libre e incluso sus rutinas de ejercicio físico de la manera en la que antes la desarrollaban.
Camila Arango, estudiante de Medicina, se refirió al impacto en la salud mental de adultos mayores por la pandemia del Covid-19. En cuanto a esta población específica, la estudiante resaltó la necesidad de estímulos que no pudo suplir el encierro durante los últimos dos años y que ha tenido consecuencias en el bienestar mental de las personas.
Al respecto, Aura Sánchez -habitante de la comuna- afirmó que la rutina que tenía en su vida cambió drásticamente: desde las labores más sencillas hasta aquellas que ella percibe que representaban su rol dentro del hogar, cambiaron para delegarse en otras personas que tuvieran un riesgo menor. Así mismo, Nora Rueda, presidenta de la JAC de Poblado Centro, reflexionó sobre el manejo de las emociones que se vio transformado por una situación que terminaba por ser inmanejable y que según ella se convirtió en una experiencia traumática, tanto para ella como para otras personas de la comuna 14, El Poblado.
La salud mental de las personas mayores, entonces, requiere ahora de una nueva perspectiva que se construye a partir de su propia agencia, en la que pueda participar en la toma de decisiones, respaldando su autonomía y con un estilo de convivencia en el que no se da por sentado su bienestar y opinión en los temas del hogar.
