En la sesión del Concejo de Bucaramanga del pasado 17 de enero, Luis Fernando Castañeda, del Centro Democrático, expresó su preocupación por la presencia de libros sobre orientación sexual en diferentes bibliotecas públicas de la ciudad.
El concejal aseguró que él, junto a su equipo de trabajo, pretenden llevar la discusión a un debate de control político. No es la primera vez que esto sucede en el país.
Durante los últimos años del gobierno Santos hubo diferentes manifestaciones en contra de la “ideología de género”, después de que se dieran a conocer unas supuestas cartillas de educación sexual desde el Ministerio de Educación. La polémica alrededor de estos textos se desató por contenidos falsos divulgados por redes sociales, los cuales mostraron imágenes de un cómic belga llamado In bed with David & Jonathan como si fueran las cartillas que el Ministerio había distribuido; diferentes grupos de padres de familia, con el apoyo de la Iglesia, convocaron marchas en el 2016 para protestar frente al “adoctrinamiento contra la familia tradicional” y “en defensa de la niñez”.
Gina Parody, Ministra de Educación en ese entonces, tuvo que explicar públicamente que el documento original, llamado “Ambientes escolares libres de discriminación. Orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas en la Escuela”, elaborado por Min. Educación en colaboración con el Fondo de Población de la Naciones Unidas (UNFPA), Unicef y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), pretendía responder a la cuestión de: ¿Por qué hablar de orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas en la escuela?.
Además, el proyecto seguía en su etapa de evaluación y fue enviado a algunas instituciones educativas del país para que lo estudiaran y lo adecuaran según sus respectivos lineamientos. Fue una propuesta para invitar a la comunidad escolar a conocer y reflexionar sobre las diversidades sexuales y de género, para ofrecer una mejor atención a todes sus estudiantes y mitigar los casos de bullying por discriminación.
El concejal Andrés Díaz, del partido Alianza Democrática Amplia, le respondió a Castañeda con la siguiente frase: “las personas de esta población tienen tres peleas en la vida: la pelea con la sociedad, con nuestras familias y con nosotros mismos.”
“¡Con los niños no se metan!”
“Quiero salir en defensa de los padres de familia, de los valores y del respeto. Repito: los niños no están preparados”, reiteró Castañeda.
Los proyectos sobre la población LGBTIQ+ que se han propuesto y dirigido a los colegios del país, han tenido como objetivo mejorar la calidad de vida escolar de las niñas, niños y adolescentes que tienen una experiencia de vida diversa, pues los índices de discriminación por sexualidad y género a nivel nacional son preocupantes.
Según Sentiido, desde el 2013, con la promulgación de la Ley 1620 “por la cual se crea el sistema nacional de convivencia escolar y formación para el ejercicio de los derechos humanos, la educación para la sexualidad y la prevención y mitigación de la violencia escolar”, los colegios de Colombia han puesto el foco en responder a los casos de bullying por raza, situación socioeconómica, discapacidad y religión, pero no ha habido énfasis en los casos de discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género.
La primera encuesta de bullying LGBTIQ+ en Colombia fue hecha en el 2016 por la ONG Colombia Diversa y Sentiido; las respuestas de aproximadamente 560 estudiantes LGBTIQ+ de 16 años en promedio arrojaron los siguientes resultados:
- 54% se sintió insegure por su expresión de género.
- 67% se sintió insegure en su colegio debido a su orientación sexual.
- 71% fue víctima de acoso verbal debido a su expresión de género y 70% sufrió el mismo acoso verbal por su orientación sexual.
- 43% fue víctima de acoso físico por su orientación sexual y 42% sufrió violencia física por su expresión de género.
- 37% se sintió agredide por parte de profesoras/es por su orientación sexual y expresión de género, y 22% sufrió esta agresión por parte de directivas.
Lina Cuellar Wills, cofundadora y directora de Sentiido, afirmó que “La encuesta nos hace pensar que la discusión sobre la diversidad sexual y de género está dirigida a adultos”, pues se ha hablado sobre problemáticas que enfrentan los sectores poblacionales diversos, como el matrimonio o la adopción de parejas homoparentales, pero poco se habla sobre la discriminación que enfrentan les jóvenes diverses, quienes están en proceso de formación y pocas veces saben cómo reaccionar frente a estas violencias.
Por otro lado, Miguel Rueda, PhD en Psicología y director de Pink Consultores, dijo “Crecer en una sociedad homofóbica o en un ambiente prejuicioso hacia la diversidad sexual y de género, tiene unos impactos emocionales en la edad adulta casi irreparables”. Plantea que la necesidad de crear espacios seguros para las infancias diversas debe estar en manos de todos los sectores de la sociedad, no solo de las instituciones educativas y las familias; se debe eliminar el miedo que hay alrededor de los temas LGBTIQ+, pues de allí nacen las reacciones violentas contra las personas diversas.
“Es importante hablar de los miedos y validarlos para que cobren su valor real, pero no legitimar la violencia a partir de él”, afirmó Rueda.
Nuestras cicatrices
Colombia es un país que ha estado permeado de violencia desde su fundación. Los sectores poblacionales históricamente discriminados, como el LGBTIQ+, han tenido que luchar para que las violencias ejercidas contra elles sea reconocida por el Estado.
La negligencia de las instituciones judiciales frente a los casos de violencia contra la población diversa se debe a la falta de conocimiento en estos temas; es decir, si no se conoce sobre identidades de género diversas, no se puede categorizar la violencia ejercida por discriminación, lo que hace imposible tener cifras claras y poder evidenciar la sistematización de dicha violencia. Además, las denuncias por discriminación no suelen avanzar, y los victimarios, en la mayoría de los casos, no son identificados ni sancionados. No hay una reparación para la víctima porque no se le reconoce como víctima.
Casos como el de Rolando Pérez, un hombre gay que fue asesinado en Cartagena, cumple 17 años de impunidad en febrero de este año. Roxana Delgado era una mujer trans activista de Barrancabermeja, quien huyó a Bogotá por las amenazas que recibía por su identidad de género; en diciembre del 2023 fue asesinada brutalmente, convirtiéndose en una mujer trans más víctima de discriminación, cuyo caso sigue impune.
Situaciones que demuestran la importancia de tener una pedagogía sobre diversidades sexuales y de género en las instituciones educativas, como la del joven de 16 años Sergio Urrego, quien decidió quitarse la vida en el 2014 luego de haber sido víctima de más de 20 ataques discriminatorios por parte de las directivas por su orientación sexual en el colegio en el que estaba.
O el caso de Luis Álvarez, otro joven de 17 años quien fue víctima de un ataque violento por parte de un vecino, el cual tenía la misma edad que él. Luis había expresado varias veces que recibía insultos y comentarios discriminantes por parte de su agresor, quien lo atacó con un machete y le cortó la mitad de uno de sus brazos. Sin embargo, este tipo de escenarios son vistos como un “simple juego de adolescentes”; no hay una conciencia respecto a la gravedad del asunto, pues, para llevar los comentarios discriminatorios a actos de violencia física, se necesita solo un paso.
No es un juego de niñes
Es imprescindible hablar sobre temas de diversidad sexual y de género con les niñes; no con fines de “incitarles a”, como lo han planteado varias veces desde la política del país, sino con fines educativos, pedagógicos y de respeto. Estos temas se entienden como “modas” o “tendencias”, pero se trata de una diferenciación poblacional importante que se debe tener en cuenta en todas las esferas de la sociedad.
No debería convertirse en un debate moral, ni político; pensar en estrategias que propongan las garantías necesarias para que la niñez diversa, que existe en Colombia y en todo el mundo, tenga un buen desarrollo y crecimiento, es un bien de valor público y social.