Cari y Lauri Ryding regresaron de sus vacaciones a su casa se toparon con el robo de su bandera de colores.
La bandera la había colgado en su casa después de la masacre de Orlando. Además del robo, habían tirado huevos al frente de la casa. Fue un momento que las impactó porque jamás habían tenido problemas con sus vecinos.
La pareja denunció ante la policía y fueron de casa en casa hablando por si acaso alguno hubiese visto algo que pudiera llevarlas a encontrar un culpable. Desafortunadamente ninguno recordaba haber visto nada, pero todos se sintieron indignados al enterarse de lo que les había sucedido.
La comunidad decidió unirse para hacer un gesto que les hiciera ver que si hay un homofobico, hay cientos de vecinos que las apoyan y quieren.
Según sus publicaciones en Facebook, la pareja narra que llamaron a Rainbow Peace Flag Project y preguntaron si podrían traer banderas para ellas y sus vecinos. En poco tiempo 40 casas tenían una bandera ondeando en el frente de su casa.
Lauri Ryding siente que el detalle ha conseguido devolverle la fe en su comunidad:
Alguien decidió actuar en base a sus miedos, pero el apoyo de nuestros vecinos y su amor también han actuado y el amor conquista el odio. El amor gana.
En nuestras casas, en la de nuestras familias, amigos y vecinos también debería ondear la bandera, o por lo menos un ambiente de respeto. Pasa la ola, que homofobia no se contagie promueve el amor.