De nuevo, la empresa de taxis particulares Uber se ve en el centro de un escándalo homofóbico por negarle el servicio a unos usuarios por darse “un pico en los labios”.
El pasado sábado 12 de septiembre Sam Simons y Santiago Figueroa pidieron un servicio de Uber para volver a casa. Cuando estaban en el carro, uno de ellos que se sentó en la silla del copiloto, se quitó el cinturón de seguridad para mostrarle una foto de su celular a su amigo y aprovechó la oportunidad para darle un pico, a lo cual el conductor respondió con gritos y les exigió que se salieran del vehículo.
Al parecer el conductor les dijo que “un hombre no debería besar a otro hombre”, le contó Sam Simons al Evening Standard de Londres. “Nosotros no nos bajamos y le dijimos que hiciera su trabajo y nos llevara a casa, pero él se negó a manejar y siguió gritándonos”.
Aunque Simons aclaró su aprecio y respeto por la compañía, señaló que la respuesta del conductor fue “inaceptable”. “No era como si estuvieras encima del otro”, señaló.
“Soy un chico muy fuerte. Aunque esto me parece inapropiado, no me dañó la noche, pero sí se la dañó a mi amigo y me preocupa que estén tratando a otras personas así”.
La respuesta de Uber
Pocos días después de que se hiciera pública la noticia, la compañía dio a conocer un comunicado en el que informaba las acciones que se habían tomado al respecto. Después de una investigación interna comprobaron la veracidad de la noticia e inmediatamente despidieron al implicado, de quien no se conoce el nombre.
“Uber se enorgullece en brindar un servicio de la más alta calidad, seguridad y conveniencia, entonces nos tomamos todos los incidentes muy en serio”, aseguró un vocero de la compañía.
Sin embargo, no es el primer problema que el servicio de taxis particulares tiene en relación con usuarios homosexuales.
En mayo del presente año, un conductor se negó a prestarle el servicio a un hombre después de ver que se despidió de su amigo con un beso. Más adelante, esa misma semana, otro conductor le dijo a una pareja gay que se estaba abrazando que eso “iba contra las reglas de Uber”.
En últimas, aunque reconocemos los esfuerzos de la empresa, nos preguntamos con qué rigurosidad y control contratan y conservan a sus empleados para garantizar un servicio de calidad y respeto con todos los usuarios.