Malta es el primer país europeo que prohíbe la terapia para conversión de homosexuales, con multas y hasta un año de cárcel para los infractores.
Una ley aprobada por el Parlamento maltés prohíbe cualquier intento de “curar” a la población LGBT. La ley expresa que “ninguna orientación sexual, identidad de género o expresión de género constituye un trastorno, enfermedad o defecto de ningún tipo”.
La ley además redujo a 16 años la edad en la que una persona puede solicitar un cambio de género sin autorización de sus padres.
La organización Transgender Europe dijo que la pequeña nación del Mediterráneo es la primera en Europa que prohíbe la terapia de conversión. Malta ha estado en la vanguardia de las reformas sociales en Europa desde que asumió el gobierno laborista en 2013.