Una pareja de lesbianas consigue burlar las prohibiciones legales y consigue que les entreguen su certificado de matrimonio en Rusia.
El pasado sábado, 19 de marzo, Sofía Grozovsky y Lynne Reid, una pareja de lesbianas, consiguen su certificado de matrimonio en la oficina del registro civil de Tagansky, en Moscú. Convirtiéndose en la primera pareja del mismo sexo que se casa en Rusia.
Más de 40 amigos y familiares, entre los que se encontraba la madre de Lynne, son testigos de una hazaña que se ha convertido en toda una reivindicación para la comunidad LGTB en el país gobernado por Vladimir Putin, que padece de graves problemas de homofobia y en el que la comunidad LGBT sufre una gran discriminación.
Sofía viste de blanco, Lynne de negro, pero ambas van enfundadas en un par de pantalones. Lynne lleva una corbata con los colores del arco iris, mientras que sus invitados portan banderas del orgullo LGTB y lazos reivindicativos como símbolo de protesta ante la ausencia de derechos en favor de la comunidad homosexual, por lo que tienen problemas para acceder al edificio.
A Sofía se le niega la entrada hasta que se vista con las ropas con las que se le identifica en su pasaporte. Y es que ahí está el secreto de esta unión: Sofía es transexual, así lo demuestra todavía su documentación legal con su identidad masculina, por lo que los funcionarios no han tenido más remedio que acceder a la petición de la pareja.
Les recriminan haber llevado a un menor de edad, e incluso les acusan de “vandalismo” y de hacer “propaganda gay”, motivo por el que llaman a la policía. Los funcionarios llegan a atrincherarse en un despacho, negándose a abrir la puerta hasta que, tras largas negociaciones, acuerdan que les entregan su certificado de matrimonio con la condición de que retiren las banderas.
El intercambio de anillos se produce delante de todos los invitados, pero sólo después de que la pareja tenga acceso al despacho en el que finalmente les hacen entrega del documento que les acredita como la primera pareja del mismo sexo casada en Rusia.
“Íbamos a esperar para casarnos hasta el mismo día que el matrimonio para parejas del mismo sexo fuera legalizado en Rusia, pero todavía es extremadamente complicado para las personas transexuales cambiar sus documentos oficiales. Si la mujer que amo tiene un pasaporte que dice que ella es todavía un hombre, entonces significa que no había nada que nos detuviera para hacer esto. Espero sinceramente que, en el proceso, cualquier homófobo estalle de rabia e impotencia”, explica completamente emocionada Lynne Reid.