En el marco del proyecto que a nivel nacional presenta el Mecanismo de Coordinación de País —MCP)— * con el respaldo del Fondo Mundial de lucha contra la Malaria, la Tuberculosis y el VIH/SIDA, enfermedades cuyo receptor principal para Colombia es Global Communities, La Fundación Antioqueña de Infectología —FAI— ejecuta el programa “Generación de Ingresos”, una iniciativa que rescata los valores empresariales de poblaciones vulnerables, y los potencializa para hacer realidad el sueño de construir nuevas oportunidades de negocio que cambian radicalmente las vidas de quienes los formulan y que contribuyen a una verdadera transformación social.
Algunos poco creen en los sueños de emprender de quienes hacen parte de los sectores sociales más vulnerables. Hombres que tienen sexo con hombres, población Trans, habitantes de la calle, Mujeres trabajadoras sexuales y personas que viven con el virus del VIH/Sida, son algunos de esos grupos sociales que se ven rezagados a un escenario en el que convertimos en pesadilla cualquiera de sus sueños.
Sin embargo, tener la oportunidad de conocer a las personas que están vinculadas con el proyecto de Generación de ingresos de la FAI, que cuenta con el respaldo financiero del Fondo Mundial, demuestra que la limitación para superar las adversidades, no es más que el reflejo de inseguridades y miedos que se alimentan de la discriminación, generalmente, fundamentada en el prejuicio y el desconocimiento.
Natalia, Hugo, Omaira, Amanda, Mary Luz, Josué, John y Edwin, nos abrieron, más que sus corazones, las puertas de un espíritu renovado y fortalecido a partir de sus ideas productivas, que no solo se ven representadas en dinero, sino también en una nueva oportunidad para demostrar el valor de la solidaridad y la auto superación.
Compartimos algunas de sus historias de vida e ideas de emprendimiento, como ejemplo de superación y prueba fehaciente de las oportunidades que, desde organizaciones como la FAI, se generan para hacer posible posesos de inclusión y visibilización, que dan como resultado una sociedad más equitativa y justa para sus ciudadanos.
TRANS-formando conciencias
Natalia Loaiza Flórez. Sala de belleza Fashion
Como integrante del Grupo Antioquia Trans, Natalia Loaiza inicio su relación con la FAI hace un ya un par de años, en el momento en que fueron vinculadas al programa de prevención y promoción de la salud. Allí, trabajaban en el desarrollo de estrategias con miras a la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Como parte del grupo de líderes pares, tuvo conocimiento del concurso para el fortalecimiento de su idea de negocio. “Haber participado y ganar este concurso ha sido muy beneficioso, pues gracias a los recursos que me fueron destinados, ya tengo un lugar fijo donde prestar mis servicios como estilista”.
Más allá de su ocupación, Natalia tiene una fuerte presencia en el ámbito político. Según ella, “el hecho de que ocupemos espacios públicos, nos permite hacer política. Que rico que desde las escuelas o las universidades mostremos que los y las trans existimos, que somos personas comunes y corrientes, que somos normales”.
En unos años, Natalia se ve siendo feliz y luchando, como hasta ahora lo ha hecho, por la comunidad transgénero.
Una vida con nuevo aroma
Omaira Montoya. Bolsas de basura aromatizadas Manantial
Desde que salió de su hogar a los 12 años, tras la muerte de su madre, Omaira se “tiró” a las calles. “Salí de mi casa y me fui para el parque Bolívar, allí conocí a una señora que consumía drogas. Ella me empezó a relacionar con todo ese ambiente. Sin embargo, al poco tiempo dejé de tener relación con ella, pues me gritaba demasiado y me maltrataba. Luego empecé a conocer amigas lesbianas, a otras que se dedicaban a robar, que traficaban con armas o que se dedicaban al expendio de bazuco.”
Luego de varios años, la droga fue deteriorando a Omaira, hasta el punto de convertirla en “una desechable” dedicada a delinquir. “Allí comencé a consumir todo tipo de drogas. Me volví habitante de la calle, dormía en las aceras. Un día conocí el programa de “Centro Día de la Alcaldía de Medellín”. Descubrí lo cansada que estaba de mi vida y decidí internarme en un programa de resocialización, para alimentar el cuerpo y el espíritu con la palabra del señor”.
“Durante ocho meses permanecí en el programa. Empecé a trabajar y a tener ahorros que me sirvieron para iniciar un negocio de venta de colchas, que hacía yo misma con retazos. Poco después, escuché hablar de la Fundación Antioqueña de Infectología, y me enteré que estaban buscando una persona líder que se involucrara con los procesos de apoyo que esa institución estaba desarrollando con habitantes de la calle y con hombres que tienen sexo con hombres. Como yo había sido muy líder, me escogieron a mí. Yo estaba feliz, me entusiasmé tanto, que hacía hasta 20 brigadas con los habitantes de calle. Entonces, en medio de ese trabajo ingresé a una comunidad llamada “Amaneceres”, que adelanta procesos con trabajadoras sexuales. Allí me pidieron que presentara un proyecto de vida y pasé el de las bolsas de basura aromatizadas ¡Me sentía tan feliz de manejar mi propio proyecto productivo! Qué orgullo tan grande que la vida, Dios y la FAI me hayan dado la oportunidad de ayudarme a mí misma y de ayudar a mis compañeritos de la calle”.
Muñecos que cuentan historias
Mary Luz Hernández. Confecciones Luna
“Le puse Confecciones Luna porque así se llama mi hija. Ella es el regalo más grande que el padre celestial me dio”.
Mary Luz es una ex habitante de la calle que representa sus vivencias por medio de muñecos de trapo. “Cada que hago un muñeco es algo especial. A mí me preocupa mucho cuando lo vendo porque yo siempre pienso en como lo irá a tratar la persona que se lo lleva. Yo no quiero que ninguno de mis muñecos sufra”.
Y es que para Mary Luz, cada muñeco cuenta una historia, representa un habitante de la calle que conoce o que conoció. Para ella, no importa el dinero que le dan por cada una de sus obras, lo importante es que quien se la lleve, la trate bien.
“Muchas personas piensan que uno de la calle y de la mugre no saca nada. Y la calle tiene historias muy bonitas. Yo conocí a Jesús en la calle, yo tuve a mi hija en la calle.”
Amanda Zapata. AZ Decoraciones
Amanda pertenece a “Lazos de amor”, una fundación que trabaja con mujeres portadoras del VIH o que conviven con el virus. Allí conoció el programa del Banco Mundial y de la FAI. Gracias a los recursos que le fueron aportados, inició su microempresa dedicada a la decoración de fiestas y eventos. “Nosotros hacemos de todo… Desde la tarjeta de invitación hasta el adiós a los invitados”.
“Para mí ha sido una bendición hacer parte de las iniciativas apoyadas por la FAI. Gracias a mi paso por la Fundación “Lazos de amor” he tenido la oportunidad de acercarme a las personas que son portadoras de VIH. Uno se enamora de ellas, se siente muy atraída y entiende la dificultad por la que estas personas pasan”.
Josué Iral Galeano. Jardines Interiores
Cuando se habla con Josué, uno entiendo de dónde nace su amor por la naturaleza. Es un joven pausado, amante de un ambiente tranquilo y marcado por la belleza que los espacios naturales le pueden brindar. Y es precisamente ese amor por la naturaleza el que lo motivó a crear “Jardines interiores”, una empresa dedicada a la manufactura y elaboración de piezas ornamentales con productos naturales, con tendencia moderna.
Conoció sobre la FAI cuando trabajaba en la fundación “Positivos por la vida”. Su paso por este acompañamiento para desarrollar su empresa, le permitió conocer a personas que le enseñaron a valorar mucho más las cosas buenas y malas que le sucedían. “Yo siempre he sabido que he querido en mi vida. Lo que no sabía era como llegar. Si algo malo me pasa hoy, seguramente se verá difícil, pero afrontarlo con madurez y optimismo, hará que de este problema se aprenda algo positivo que nos enseñe a ser más felices en un mañana. Eso lo entendí gracias al acompañamiento de la FAI”.
Josué afirma que una de las cosas más bellas que aprendió con la —FAI—, es que nadie tiene el bienestar o la vida comprados. Muchas veces las situaciones nos toman por sorpresa y hay que tener la capacidad de afrontarlas y entender por qué se está viviendo”.
Edwin López. Toallas Jirafitas
Empezó con “Toallas Jirafitas” por ayudar a su hermana. “Mi familia me enseñó a vivir en un ambiente de respeto, cuando a uno lo respetan, especialmente en la casa, uno se vincula y se siente comprometido a ayudar con todo lo que más se pueda.”
Para Edwin, la aceptación familiar es primordial. “En la calle somos el reflejo de cómo nos comportamos o sentimos en la casa, si nuestra familia nos acepta, en la calle respetamos al ser humano como tal, independiente de lo que es en su género, en su raza o en su posición económica”.
Llegó a la —FAI— por medio del Proyecto de Sexualidad con Sentido. “Allí me ayudaron muchísimo, yo estaba al margen de lo que pasaba en mi entorno. Con su ayuda pude encontrar la forma de ayudarle a mi familia, de hacer lo que quería, de ver que hay muchas otras personas con necesidades, que no somos los únicos con problemas. Me ayudaron a entender que con respeto y compresión, juntos todos, podemos salir adelante.”