*El siguiente texto tiene lenguaje sexual explícito.
Se recomienda tomarlo como parte de la historia en su contexto.
Ayer me enteré de que el presunto autor de las intimidaciones a los hermanos Sebastián y Alejandro Lanz, estudiantes de la Universidad de los Andes y activistas LGBTI, fue citado por la Fiscalía a la audiencia de imputación de cargos el próximo 25 de mayo por el delito de amenazas agravadas. Me fue inevitable no sentir alivio por ellos, pues yo también fui víctima de algo parecido, pero en mi caso la Fiscalía todavía no ha dado con el responsable. Esta es mi historia:
El 01 de enero de 2015 leí un mensaje enviado a mi blog en wordpress el 30 de diciembre de 2014 en el que se me advertía que el próximo año, es decir el 2015, sería el año de la venganza en mi contra. Estos son algunos apartes del texto que provenían de una cuenta en wordpress desconocida para mí:
“Estoy feliz el año que comienza va a ser el año de mi venganza en su contra. Llegó la hora. Prepárese loca afeminada y empastillada (por todas las drogas que mete por depresiones), prepárese, agárrese duro que lo voy a arruinar”. “Me pareció conveniente empezar mi venganza con su reputación. Ahora va a ser su reputación la que sufra, la que sea tergiversada”. “No se sienta tan seguro en Cali eh, allá tengo un par de amigos que le pueden partir las rodillas”. “Créame que cuando usted cerda inmunda que huele maluco loca zarrapastrosa afeminada que no levanta nada fea asquerosa, cuando ud muera tomaré un juguito de mango celebrando en una playa”.
Esta no era la primera vez que sucedía. Desde septiembre de 2013 venía recibiendo mensajes insultantes y amenazantes desde siete cuentas de wordpress llamadas “Desaparezca de nuestras vidas para siempre”, “Dejenos en paz”, “Dejenos en pazzzzzzzzz”, “Dejenos en pazz”, “[email protected]”, “Pier Luigui Calzoni” y “Tico de Fessss”. Por el lenguaje utilizado y la prosa intuí que provenían de una misma persona. Estaba seguro. Los epítetos utilizados para describirme eran los mismos en todos los mensajes: “Loca afeminada”, “Loca viciosa drogadicta”, “Loca esquizofrénica”, “Loca demencial”, “arpía venenosa y desesperada”, “voz de maricona desesperada”, etc. Incluso me incitaba al suicidio y me preguntaba “¿Cuándo se va a morir?”. En una ocasión afirmó: “Si lo viera ahogándose lo dejaba ahí”. Otra amenaza: “Ha sido una persona muy afortunada de tener novio en el pasado, y debería tener cuidado porque si sigue jodiendo no va a volver a tener novio, tenga cuidado o le envío uno de mis amigos para recoger a sus novios”.
Al principio, septiembre de 2013, no le presté mayor atención y eliminaba los textos intimidantes. Pero después, por recomendación de una amiga y por la cantidad y el calibre de los mensajes, decidí dejarlos allí para reunir pruebas. Aclaro que JAMÁS respondí a ningún mensaje, algo que al parecer le encendía su ira, pues me lo hacía saber en textos posteriores: “Responda sanguijuela”. Cuando leí el último mensaje, el del 30 de diciembre de 2014 en el que se me advertía sobre una venganza en mi contra, me asusté y vi que la cosa podía pasar de castaño a oscuro.
El 01 de enero de 2015 en la mañana me doy cuenta de que alguien había suplantado mi identidad en la red social Grindr. Abrió una cuenta en dicha red social con mi foto y un usuario llamado “PASIVA VIH”. La descripción del perfil era la siguiente: “VIH pasiva afeminada. Soy afeminada pese a quien le pese. Tengo VIH hace dos años. Agréguenme a mis redes sociales en Twitter y Facebook. Escribo en La Crónica soy importante así que solo gente solvente”. Para ese entonces, yo tenía una columna quincenal en el diario La Crónica del Quindío y me reuní con el director de ese medio de comunicación para ponerlo al tanto de la situación.
La suplantación de mi identidad la hizo desde la ciudad de Armenia, pues el radar de la red social Grindr permite saberlo. Habló con muchos usuarios de Grindr que se encontraban en esa ciudad y esto fue algunas de las cosas que les dijo: “Fóllame a pelo”, “Soy pasivo con VIH por el norte de Armenia buscando sexo bareback con machos activos. Solo sex a pelo! Agrégame a Facebook y a Twitter. Los links en mi perfil”, “Papasito fóllame. Vente adentro mío”.
Esa cuenta fue denunciada por los usuarios y Grindr la bloqueó. Pero la persona que me intimidaba abrió otra con mi foto y la tituló (nombre de usuario): “PASIVA”. En la descripción puso: “Ay pipí cómo me calientas”. Cuando dicha cuenta fue bloqueada por la aplicación, no se conformó y creó una tercera, también con mi foto, y un nombre de usuario llamado: “PASIVA GANOSA”.
Unos de los usuarios de Grindr con quién habló se percató de la suplantación y le dijo que me dejara en paz. Esto fue lo que le respondió: “Te vas a ganar que te apuñalen”, “Grindr sigue quitando las fotos de la pasiva de mis perfiles”, “500 chats en 2 días, ahí le di de su propia medicina”.
Yo puse el denuncio en la Fiscalía de Armenia el 02 de enero de 2015 y les entregué todas las pruebas. Hasta el día de hoy no ha habido ningún avance y todavía no tengo ni idea sobre el autor de las agresiones en mi contra. Espero que se haga justicia, pero, sobre todo, poder encarar a esa persona y preguntarle de dónde sale tanto odio hacia mí. Hasta ahora, en mi vida, nunca había tenido problemas graves con nadie. Tuve una infancia feliz y una excelente relación con mis compañeros del colegio y de la universidad. Agradezco el apoyo de tantas y tantas personas que me han animado a que persista en la búsqueda de la verdad e, incluso, a que aproveche la cobertura mediática que ha recibido el caso de los hermanos Lanz para escribir mi testimonio. Deben ser muchos los casos y no hay por qué callar.