Actualmente la actriz estadounidense es una defensora activa de los derechos de igualdad para la población LGBTI resultado de la relación con su hermano mayor.
Anne Hathaway, reconocida por producciones como “El diario de la princesa” 1 y 2, “Los miserables”, “El diablo viste a la moda” entre otras más de gran éxito, que le han merecido su lugar en la industria cinematográfica de manera mundial.
Desde muy joven siempre cultivó la fé como parte esencial de su vida, perteneciente a la iglesia católica y fiel creyente de su doctrina, parte de una familia conservadora, a la edad de 11 años dijo haber encontrado una señal que le indicaba que ese era el camino que debía seguir, proyectándose desde allí a que sería monja.
Un sueño que se vio frustrado luego de mantenerlo vivo durante 4 años, cuando su hermano mayor Michael Hathaway llega a su hogar tomado de la mano de otro chico, una escena que reveló sin duda la orientación de su sexualidad, que tenía pareja y que no iba a seguir escondiendo quién era realmente.
Inmediatamente a esto, Anne relata que se permitió reconstruir la idea que tiene de su fé y procede a cuestionar para sí misma la manera en la que quería vivirla, llevando este tema de la homosexualidad de su hermano frente a los valores profesados en la iglesia católica como algo decisivo para su vida.
“¿Cómo vamos a apoyar a una organización que tiene una visión tan limitada de mi querido hermano? Toda la familia nos convertimos a la iglesia episcopal cuando mi hermano salió del clóset. Ahora soy…nada. Estoy trabajando en mí nada más.”
No hubo necesidad más allá de los mismos hechos para asumir y aceptar la orientación de Michael, con base en ello y el amor fraternal e incondicional que compartían mutuamente su familia acordó la decisión de dejar el catolicismo, afirmando que no podían ser parte de una comunidad que promoviera tal rechazo por su hermano.
“Realmente no estaba dejando la religión porque sí, la dejé porque no podía tener fe en algo que excluye a una persona, particularmente a mi hermano, por la forma en que nació y por amar a alguien. Quiero decir, ¿cómo excluir a alguien por amor? Eso parece la antítesis de lo que es la religión” declaró Anne Hathaway a Fresh Air
Anne nos demuestra entonces con su ejemplo, como el amor fraternal y el respeto pueden transgredir cualquier paradigma, que el apoyo incondicional puede incluso ir más allá de una ideología y escenarios que se disponen a promover el rechazo y la exclusión por la diversidad, y que estos valores se convierten en una fuerza que permite empoderar a la población LGBTI en su lucha.