Vivimos en una sociedad enferma, llena de prejuicios, estándares y reglas. Hemos sucumbido a los gustos y las necesidades que el sistema ha querido. Hemos permitido que los demás nos moldeen a su antojo. Hemos aceptado verdades en las que no confiamos y certezas en las que no creemos. Hemos permitido que nuestra esencia como seres humanos no sea nuestra. Hemos sido cómplices de nuestra mutación a simples títeres. Lo peor del caso, hemos aprobado que nos digan cómo debemos pensar, e incluso, cómo debemos sentir.
Siempre estoy buscando títulos de literatura LGBTI, especialmente aquellos que se dirijan al público juvenil. Me interesa sobremanera ver el modo en que los autores abordan la temática, las dinámicas a las que acuden, y especialmente, disfrutar de buenas historias.
En una de mis jornadas de búsqueda, me encontré con el libro del que vengo a hablarles en esta oportunidad. Una portada clara y minimalista. El planteamiento de un tema del que poco o nada había leído hasta el momento. El invitado del día de hoy es “El arte de ser normal” de Lisa Williamson.
Aquí nos encontramos con la historia de David y Leo; uno nació en el cuerpo equivocado, y el otro está envuelto en una serie de conflictos que iremos conociendo a medida que las páginas vayan pasando.
Lisa Williamson se atreve a llevar un tema como la transexualidad a la literatura infantil y juvenil. La autora toma un riesgo claro y trata de enviar un mensaje de concientización en un mundo en donde la mojigatería y la intolerancia están a la orden del día.
El libro resulta un golpe fuerte desde el principio. Encontrarte con la realidad de un niño que sabe que nació en el cuerpo equivocado y que sueña con todas sus fuerzas ser quien sabe que debió ser, se convierte en un choque total, incluso para una persona liberal en tantos sentidos como lo creo ser yo. En algo me ha absorbido esta sociedad tan normalizada.
La historia es una línea permanente que va cambiando de vocero. Cuando David se cansa, Leo toma la batuta, y así sucesivamente. Con los cambios de narrador tenemos la puerta abierta a dos vidas diferentes con muchos tópicos en común. Y es que Lisa Williamson no se queda en tocar el tema de la transexualidad y de ser diferente en un ámbito como el que nos ocupa, sino que intenta mostrar otro tipo de problemáticas que nos atañen permanentemente tales como la estratificación económica, la calidad de la educación, el bullying de todo tipo, los roles ante la descomposición familiar, y el valor de ser como somos, entre algunas otras.
Tanto David como Leo, y por supuestos sus familiares, amigos, profesores de colegio, tutores, y demás personajes que nos encontramos en este trayecto, van personificando las problemáticas sociales que ya he mencionado. Todos y cada uno de los seres en esta historia cumplen un rol por mínimo que sea, que termina sumando bastante al objetivo que persigue la autora, el cual es totalmente claro. Considero que las labores de relleno no fueron utilizadas en este libro, lo cual es algo que agradezco y que aplaudo. No puedo pasar sin hacer un reconocimiento a Essie, Felix, Harry, Amber, Tia, Spike, Alicia, Jenny, Livvy, y todos los que se me escapan en este momento. Gracias por haberme mostrado el valor de la amistad, la imperiosa necesidad de cambios estructurales en nuestra sociedad, el valor de la familia y la importancia de permitirnos conocer antes de juzgar.
Narrativamente hablando, este libro puede definirse como preciso, tanto en el lenguaje empleado como en la manera en que se desarrolla. Línea tras línea resulta en un viaje contemporáneo y tremendamente real por la mente de las voces protagonista, de sus miedos, de sus inseguridades, de sus metas, de sus sueños, de sus vivencias y sus discernimientos más comunes. Evidentemente quienes vivimos en Latinoamérica encontraremos la realidad que se muestra algo color de rosa, pero hay que tener en cuenta que a pesar de vivir en el mismo mundo, del otro lado del charco las condiciones son bastante diferentes.
La contextualización y la ambientación que emplea la autora dentro de la construcción de su obra es otro punto positivo. Tal como mencioné, el espacio en que todo se desarrolla puede parecer un cuento de hadas comparado con las situaciones que presenciamos en un país como Colombia o cualquier otro de nuestro continente, pero las situaciones de fondo y la manera en que la autora las pinta son bastante pertinentes y muy cercanas a lo que se vive realmente. Revisar tus medidas escondido en tu cuarto, llorar bajo las cobijas sin motivo aparente, cuestionarte ante lo que eres, tratar de borrar las burlas que te bombardean a diario, ocupar la mesa más alejada en la cafetería, o tomar de la mano a quien quieres sintiendo el miedo latir en tu interior. Todo se siente tremendamente cercano.
En una sociedad que discrimina hasta por el más mínimo detalle, una propuesta como la que Lisa Williamson nos regala es muy, pero muy valiosa. Ponerte en los zapatos de ese vecino que consideras raro y al que muchas veces miras por encima del hombro e incluso con desprecio, significa un ejercicio de cambio social hacia un mundo más incluyente y respetuoso. Incluso dentro de la misma comunidad LBGTI hay discriminación, por eso es que esfuerzos e invitaciones como estas, deberían ser revisadas con lupa y conocidas por más personas. Seguro habrán detalles y giros que resulten algo abruptos, pero como ya he mencionado, la contextualización y la cercanía con la realidad es clara, aunque seguramente la vivencia diaria sea a otro precio.
“El arte de ser normal” es sencillamente valioso. Una bofetada necesaria ante una realidad que está latente aunque quiera ocultarse. Un viaje increíble por la aceptación y la redención. Una prosa sencilla y pertinente para tratar un tema tan socialmente espinoso. un riesgo que se agradece, que he disfrutado y del que he aprendido mucho. Un libro para todo tipo de público con un mensaje muy importante, especialmente para los más jóvenes. Una ventana que se abre para que continuemos creando un mejor lugar en el cual vivir.