Luego de 10 años de ser parte del equipo de comunicaciones y contenidos de egoCity, hasta llegar a ser su Director Editorial, entre muchas otras funciones y momentos, hoy me despido de esta empresa social, esta organización y sobre todo, de ésta, mi casa que vi y me vio crecer.
Con un nudo en la garganta y las lágimas corriendo por el rostro me siento ante el computador a escribir esta carta de despedida, dirigida tanto para egoCity como marca, como para cada une de ustedes que por tantos años me ha escuchado, leído y visto, para el equipo que estuvo, que se va y que sigue, para las organizaciones, empresas, liderazgos, para cada persona con la que me he encontrado en este hermoso recorrido y también, para quien creó este hermoso hogar y aún hoy sigue resistiendo, para Marco Jaramillo, con quien nos amamos, enseñamos, trabajamos, resistimos y aguantamos hasta más no poder, aunque él siempre me dijo, «llegará el momento en que tengas que abrir las alas y volarás lejos».
Ahora lloro de felicidad, nostalgia y agradecimiento, porque ha sido una década indescriptible. Pasé de ser un ciberactivista gay, fiel creyente en la causa LGBT pero que por su burbuja le faltaba calle y entender las realidades de este movimiento más allá de la cultura pop, a lograr sentir las historias desde su corazón, en las calles de la ciudad, en la realidad de lo rural para que la esencia de lo marica, lo travesti, lo queer, me permeara cada poro del cuerpo y de la mente, para todo esto volverlo conocimiento, periodismo, experiencias y proyectos.
El 18 de enero de 2015 egoCity marcó mi vida, fue la primera vez que era parte de la comunidad con la que compartía, aquella tarde en Barrio Triste cuando la gran Maricarmen Barreneche de Oquendo, una de las primeras drag de esta ciudad, nos recibía junto a Papá Giovanni en el set de grabación el último día de rodaje de «LOLADRONES» con tanto amor, me di cuenta que podía y debía pasar del discurso al hecho.
Han sido años de caminar con firmeza en terrenos inestables con gran contrastes, aprender y desaprender, quemadas y celebraciones con hermosas luces, replanteamientos, análisis, lloradas y sonrisas, despedir muchas vidas y también lograr ayudar a salvar muchas otras, ver un movimiento fortalecerse desde los cuerpos que resisten exigiendo simplemente poder existir en paz, y también desde el discurso que evoluciona para transformar los imaginarios y abrirle las puertas de la diversidad a tode aquel que esté dispueste a ser.
Gracias a egoCity he podido recorrer el mundo, ampliado conocimiento en género y diversidades desde la experiencia y la academía, creado proyectos increíbles, generado tomas de ciudad, promover el arte y la cultura queer, generar conversaciones incómodas pero necesarias en lugar donde nunca se habían dado, no paramos de ganar premios, sensibilizar empresas, liderazgos y enseñar sobre diversidades y derechos humanos, sobrevivimos incluso a una pandemia y allí creamos estrategias increíbles, creamos redes de apoyo, amistades inolvidables, alianzas históricas, sanar heridas, transformar perspectivas y sobre todo, narrar múltiples realidades.
Estos diez años han sido de enormes transformaciones sociales, pero sobre todo para mí como persona y profesional, gracias a esa especial licencia que egoCity me dio de explorar, equivocarme, aprender y experimentar volviendo todo información, contenido y conocimiento para compartir a partir de las vivencias mismas de su equipo sin cargas morales. Como podernos cuestionar la normas del amor y entender las disidencias relacionales, vivir el erotismo y el placer desde perspectivas no hegemónicas como el BDSM, analizar las políticas de prevención del consumo y mitigación de riesgos sustancias psicoactivas, adentrarnos en realidades de las experiencias de vidas trans y la exploración del género no binario, enfrentar las masculinidades hegemónicas que habitan en seres diversos, pero sobre todo, poder entender el vih y mi diagnóstico como el de muchas otras personas, como un camino que es aprendizaje y me suma causa y no como una carga, que me condena. Gracias egoCity por permitirme ser, desde la reflexión y el entendimiento en comunidad, para convertirlo en periodismo.
Hoy le digo adios a mi casa, porque ya es momento que cada quien siga su camino creciendo, sanando y resistiendo. Tengo el honor de haberle entregado 10 de mis mejores años de la vida a uno de los medios LGBTIQ+ más importantes de Colombia y uno de los pocos que ha sobrevivido por tantos años, porque hacer periodismo con causa, periodismo queer y hacer un cambio social a favor de las diversidades que siempre se han buscado ocultar, no es fácil, no es nada sencillo, es remar contramarea y ese enorme desafío requiere mucho callo, que desgasta física y mentalmente.
Hoy 28 de junio de 2025, egoCity ‘Comunicación para la Diversidad’ cumple 13 años de seguir existiendo, aun contra todo pronóstico y créanme, no ha sido nada fácil, por eso, Marco Jaramillo gracias por permitirme ser tu compañero de batallas todo este tiempo, ahora desde la distancia sólo te deseo lo mejor y mucha fuerza.
Como lo dijo Cerati en el ’97 en el Estadio River Plate de Buenos Aires para cerrar su último concierto de la gira de despedida de Soda Stereo: ‘Gracias totales’. Acá seguirá habiendo Pipe Gamboa como marica, activista, periodista, consultor, comunicador y mucho más, nos seguiremos viendo, pero es hora de seguir adelante con otros caminos.