Luego de mi primera semana de clases, decidí hacer un break de la rutina y salir a recorrer la ciudad, en busca de algo de distracción y, por supuesto, de nuevas aventuras.

Luego de varios minutos sin tener un rumbo claro, recordé algunos rumores sobre la existencia de un sitio en especial, que me llamaba la atención, ya que este tipo de lugares me gustan bastante. En Bogotá iba con frecuencia; algunas veces solo, otras con amigos, llegué a conocer varios en diferentes ciudades de Colombia.

Para quienes aún se preguntan qué tipo de lugar es, estoy hablando de los SAUNAS.

SÍ, ENCONTRÉ UNO -y al parecer el único- en Ciudad de Panamá. Realmente llegar es bastante fácil, a unos cuantos metros de la salida de la estación del metro encuentras el lugar, una entrada discreta, algo escondida y aparentemente silenciosa, quizá para desviar la mirada y los prejuicios de la ciudad, pues, está aún llena de tabúes. En su fachada encontrarás un letrero, SAUNA & SPA.

Para ingresar debes anunciarte por medio de un timbre, que da aviso de tu llegada; te abrirán la puerta de adentro para afuera. Al ingresar, encuentras un vestíbulo bastante amplio con varios “avisos informativos” de prohibición de ingreso a menores de edad, espacio libre de humo, etc. En este punto preguntan tu número de calzado, te alcanzan unas chanclas y una toalla. Al momento de pagar el ingreso me lleve la primera sorpresa: era noche de OPEN BAR. Una barra libre con Vodka, Ron y Seco Herrerano (conocido como la bebida nacional de Panamá), lo que para mí es sumar muchos puntos a favor, ya que disfruto bastante de unos buenos tragos.

Atravesar la siguiente puerta de vidrio te lleva directamente a la zona de lockers. Es hora de desnudarte, guardar la ropa y demás objetos personales, entrar en calor y ponerte cómodo utilizando la toalla. Estamos listos, es hora de hacer un primer recorrido de exploración.

Un lugar amplio, dos pisos de áreas comunes. En el primer piso encuentras un área “húmeda”, con una zona de duchas, un turno y un jacuzzi -enorme-. En el segundo piso, un espacio bastante amplio para socializar, bailar y hablar, con una pequeña tarima, lo que da a entender que hacen algún tipo de eventos o se presenta algún show. Al otro costado el bar, el sauna, cuartos oscuros y otros espacios para encuentros mucho más calientes y privados.

Con el primer trago en la mano, recorro nuevamente el lugar mirando los detalles, no quería que se me escapara ninguno: Una decoración que sin duda llama a la tranquilidad y la relajación. Sobresale el aseo y buen estado de sus instalaciones, un par de ellas en remodelación lo que realmente me indica que siguen trabajando para que los clientes se lleven la mejor experiencia posible.

No era el único que miraba con curiosidad el lugar, por varios instantes fui el blanco de miradas profundas, penetrantes, picaras y curiosas. Mis tatuajes, mis piercings, mi corte de cabello, mis facciones o simplemente mi cara de curiosidad no me ayudaron mucho a pasar desapercibido. Claro, debo confesar que esas miradas y llamar la atención no me desagrada, es más, me excita generar eso en espacios como éste donde tantas cosas pueden pasar.

Hice conversación con varios hombres, algunos, al principio se acercaban sigilosamente con la “excusa” de ver de cerca mis tatuajes, otros un poco más lanzados que preguntaron mi nombre, de dónde era, en donde vivía, si estaba solo en el lugar y si tenía planes para la madrugada – Que buena forma de empezar la llegada a los treintas y mi futura celebración-.

Mi espacio favorito, sin duda, fue el jacuzzi. Para mí estar mojado se siente realmente relajante. Algunas horas ya habían pasado y varios tragos después me acerqué a la barra por un trago más y, por supuesto, por información y, ¿qué mejor que preguntarle al bartender? Él podía resolver algunas de mis dudas, así fue como me enteré que operan de 5pm a 3am, que cada día de la semana tiene promociones con precios diferentes y que, sin duda alguna, los mejores días son los viernes, sábados y domingos.

¿Volvería? Por supuesto. ¿Lo recomiendo? Claro que sí.

Dentro de todas las cosas que me llamaron la atención de este lugar, fue encontrar un ambiente agradable, de amistad, con un alto grado de complicidad sexual, en donde nadie te juzga o te mira por encima del hombro, un espacio en donde no existe esa competencia hegemónica de perfección.

Sin duda visitar un SAUNA, es una experiencia que se debe vivir dentro del ambiente gay. Estos son lugares exclusivos para hombres, y te ofrecen áreas de relajación y demás; su fin es proporcionar espacios seguros en donde puedas tener encuentros sexuales casuales. En este tipo de lugares más que una experiencia sexual, puedes pasar un buen rato, son una opción diferente de rumba, quizá un pre-party para el fin de semana o simplemente un momento de esparcimiento y relax en el transcurso de la semana.

Nota: Si quieres terminar un poco más húmedo, escríbeme por inbox y te daré más información del lugar.

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