La conferencia “Homosexualidad y religiones” que se celebró en Barcelona en el marco del Festival gay Circuit despertó el tema.
La ponencia del primer sacerdote en declararse abiertamente gay, Krysztof Charamsa, quien además fue expulsado del Vaticano al confesar su condición, se argumento que la Iglesia “no ha aceptado el descubrimiento científico de identidad de género y de orientación sexual, que es el gran regalo del siglo XX”.
Según Charamsa, se trata de una “condena irracional”, y ha afirmado que “la Biblia nunca ha dicho nada negativo sobre la homosexualidad como la conocemos hoy”.
Sobre el Papa Francisco, Charamsa ha expresado que “parecía la esperanza, parecía que iba a eliminar el acoso sobre la homosexualidad, dejó la puerta algo abierta, pero al final no dijo nada sino que además la cerró sin alguna discusión”.
En la conferencia también participó el especialista en historia LGTBI Leopold Estapé, quien recordó que a lo largo de la historia la homosexualidad ha sido perseguida y condenada en Europa, y que durante
muchos siglos los europeos huían a refugiarse al norte de África, a ciudades como Tánger (Marruecos).
Según Estapé, el mundo islámico ha tenido una relación “intermitente” con la homosexualidad: “en la Córdoba de los califas había un barrio habitado por personas que hoy definiríamos como homosexuales y transexuales, y también ha habido monarcas homosexuales incluso en los imperios islámicos”.
El practicante budista y autor del blog budismosecular.org, Bernat Font, ha explicado que “la religión es un lugar donde la gente va a encontrar respuestas, amor y recursos para aceptar y querer al otro”, y que en el caso del budismo, “a pesar de haberse mantenido bastante neutral a lo largo de los siglos, existe una gran diversidad de puntos de vista”.
“El budismo no ha propagado una visión negativa de los homosexuales, no ha promovido nunca su persecución activa y en general ha tendido a adaptarse a las costumbres culturales de los países donde ha viajado. Sin embargo, la cultura tibetana tiene una percepción negativa de la homosexualidad, pero en el caso de China y Japón son culturas tolerantes, sobre todo entre hombres”, ha apuntado Font.
Font ha explicado que ante las dudas del público en general, los maestros chinos afirman que la homosexualidad “ni está bien ni mal, es simplemente algo que la gente hace, y si no se perjudican los unos a los otros su vida privada es asunto suyo y tenemos que tolerarlo”.
Sin embargo, Font ha añadido que “el Dalai Lama, a pesar de afirmar que si las relaciones son consensuadas no existen problemas independientemente del género resulta contradictorio, al afirmar que la sodomía y el sexo oral son inapropiados”.
El representante de la Asociación Cristiana de Gays y Lesbianas, Jordi Valls, ha recordado que “lo que nos pasa a la comunidad LGBTI es que hemos sido tan maltratados por las religiones, que hemos huido de ellas con miedo”, pero ha explicado que “si les damos portazo también estaremos rechazando la espiritualidad como elemento donador de plenitud”.