El Vaticano rechazó al nominado embajador francés Laurent Stefanini porque es gay, pese a las declaraciones de respeto a los homosexuals del papa Francisco.

Laurent Stefanini y el Papa Francisco
Laurent Stefanini (izq) y el Papa Francisco (der).

Stefanini, de 56 años, es católico practicante y se había encargado de los asuntos religiosos del Ministerio de Exteriores. Además, durante su periodo en el Vaticano –entre 2001 y 2005– fue condecorado con la orden de San Gregorio el Grande, una de las más altas distinciones papales. Sin embargo, que sea homosexual y lo haya hecho público es un problema para las instituciones vaticanas.

A pesar de que en abril del año pasado el portavoz del gobierno galo anunció que no cambiarían de candidato, el Elíseo finalmente ha tirado la toalla ante la Santa Sede. La semana pasada Hollande nombró a Stefanini embajador de Francia en la Unesco, la agencia de educación y cultura de la ONU, con sede en París.

Al parecer, a la Santa Sede no le gustaba nada este nombramiento después de que el parlamento galo aprobará en 2013 la Ley de matrimonio homosexual que convertía a Francia en el decimocuarto país del mundo en aprobar la unión entre personas del mismo sexo.

Aunque el papa Francisco resaltó al volver de la Jornada Mundial de la Juventud de Brasil que él no era quien para juzgar a los gays, y pese a que en su reciente exhortación postsinodal Amoris Laetitia pedía que no hubiera “discriminaciones injustas” contra los homosexuales, la diplomacia vaticana respondió con un rotundo silencio.

Durante meses, Francia trató de conseguir su fin manteniendo la candidatura, sin encontrar más respuesta que una audiencia privada del Papa a Stefanini, cuyo contenido no fue explicitado por ninguna de las partes.

“El Papa no quiere un embajador gay en el Vaticano”, sostuvo hace justo un año el semanario francés Le Nouvel Observateur, cuando se cumplían tres meses de la propuesta de Hollande.

Normalmente, la respuesta de la Santa Sede no suele superar un mes y medio de espera y, en caso de rechazo, el Vaticano jamás hace explícita su decisión.

No es el primer entuerto diplomático entre París y el Vaticano por estas razones. En 2007, Jean-Loup Kuhn-Delforge, otro diplomático que había hecho pública su homosexualidad también fue nominado al mismo puesto de embajador ante la Santa Sede.

Como en esta ocasión, la nominación no obtuvo respuesta. Y como entonces, Laurent Stefanini no podrá entrar, como embajador, en la Santa Sede.

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