La partida de Manuel Bermudez me conecta de manera desafortunada con la frase “en vida hermano, en vida”. Te fuiste y nunca tuve la oportunidad de decirte gracias.
Conocí a Manuel al ingresar a la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, por allá en 1994. Recién había salido del ejército y llegué siendo el tipico gallito bravo al que enfrentar su homosexualidad, le tenía a punto de estallar.
Conspiró para hacer inolvidable nuestro proceso de inducción y a través de su discurso me cuestionó, me incomodó y me enseñó el coraje para reconocerme “Marika” y “feliz”. Vos no lo sabías, al principio “te confundi”, me dijiste, por eso me conectaste con Rosalba, tu amiga, querías que fuera mi novia.
¡Pero las fachadas caen! Esa tragicómica casualidad que nos puso a los dos en una misma finca y que me hizo mirarte a los ojos y reconocerme tan marica como tú, fue el punto de partida para ser quien soy hoy. Gracias por el abrazo y la celebración de aquel momento.
Manuel Bermúdez será recordado por el movimiento LGBTI de la ciudad como el pionero del periodismo queer (o periodismo marika como le llamaba él), por ser uno de los primeros candidatos gay al Concejo de Medellín (1997), un defensor de los derechos de las familias diversas, impulsor de la política pública LGBTI del Distrito y promotor de las disidencias relacionales y el poliamor.
Para egoCity, sumado a lo anterior, lo recordaremos como algo más íntimo, mucho más poderoso, como aquella primera palabra de esa hoja en blanco que comenzó a narrar la historia de lo que hoy es egoCity.
Nos llenaste de coraje desde el comienzo. Vuela siempre con la frente en alto amigo, ¡muchos agradecemos tu existencia!