Este es un buen tema, vale la pena analizar si con los años comprendemos mejor lo que es el amor o si vamos perdiendo fe en él.

Comenzamos todos rompiendo y pegando corazones, descubriendo nuestra personalidad y definiendo nuestro “propio” significado del amor. Al principio confundimos estar enamorados con amar a alguien. Sí, el enamoramiento es la primer etapa de una relación. Ese tiempo en el que todo se ve bonito, en el que cedemos más de la cuenta, en el que no somos capaces de ver los defectos del otro, en el que vivimos más la historia que quisiéramos vivir y no la que (literal) tenemos en nuestras manos. El sexo es maravilloso, constante y en el mejor de los casos, nos entregamos por completo.

Sin embargo, ¿qué sucede cuando la etapa del enamoramiento se va desvaneciendo? Invariablemente la verdad comienza a salir a la luz. Y no es que sea malo, es maravillosamente real. Entonces sí comenzamos a enfrentarnos con nuestros propios egos, inseguridades y egoísmos a través del reflejo del otro. La otra persona comienza a mostrar su “verdadero yo” y empiezan las fricciones.

 ¿Qué tanto logramos establecer un lazo afectivo, emocional y verdadero con la otra persona como para aprender a ceder un poco y doblegar nuestro ego?

 ¿Qué tanto estamos dispuestos a crecer al lado de la otra persona y a trabajar día a día por tener una relación sana con nosotros mismos y con la pareja?

“Nosotros mismos”…. Un punto muy importante que jamás se debe olvidar. Y no es egoísmo, es simplemente no perder nuestra identidad, porque quien lo hace, lo pierde todo. Quien pretende ser de una manera distinta a como en realidad es, se pierde y entonces ni la pareja ni la misma persona pueden encontrarse.

Cedemos de más por miedo, solemos llegar a engañarnos por miedo, rompemos los contratos establecidos, traicionamos a la otra persona por miedo. Por miedo a estar solos, por miedo a enfrentar situaciones difíciles, por miedo a enojarnos, a lastimarnos, a dialogar, a cambiar las cláusulas de nuestros contratos cuando sabemos que es necesario. Si tan sólo lográramos cambiar nuestro enfoque de las cosas y enfrentáramos todo lo anterior por amor y no por miedo, entonces nuestra realidad personal y de pareja cambiaría para bien.

Este tipo de cosas se llegan a comprender con los años, con la edad, con una buena colección de despedidas y lágrimas, de bienvenidas y sonrisas. La vida es eso, una mezcla de todo y la felicidad también. Creo que el ser felices depende de la capacidad que logramos tener para enfrentar cada situación de vida con una actitud positiva, con confianza y certeza de que todo sucede siempre por una razón y por el bien de todos.

 Cuando estamos chavos queremos que la vida no cambie si nos sentimos cómodos y que cambie inmediatamente cuando algo nos incomoda. Cuando estamos grandes seguimos deseando lo mismo pero sabemos que la vida así no funciona. Entonces ya no hay forma de poder seguir viviendo engañados. Los que tenemos que cambiar somos nosotros.

El amor se transforma, como todo en la vida. Pero esa transformación puede ser una maravillosa creación única de cada pareja. El verdadero amor trasciende nuestras ideas y se vive desde el sentimiento. Existen tantas formas de amor como parejas en este mundo. Simplemente no hay que comparar una con otra.

No es que los TONES perdamos la fe en el amor, simplemente aprendemos a darle un significado distinto a la palabra. ¿O no?

Quien deja de creer en el amor es porque ha dejado de creer en sí mismo. Quien no es capaz de establecer una buena relación con otra persona es porque no ha sido capaz de establecer una relación sana consigo mismo. Quien no aprende a aceptarse a sí mismo como es y a quererse tal cual es, entonces no sabe como hacerlo con otra persona.

El amor no es algo que tenga que ver con el tiempo, sino con vivencias, experiencias y aprendizajes. Estas se pueden vivir en pareja pero también estando solteros.

Hay momentos en la vida en los que dos personas coinciden y esa coincidencia genera la posibilidad de crear un amor en conjunto. Y hay otros momentos en los que nos toca crear amor hacia nosotros mismos para poder creer que este también existe en los demás.

Entonces vuelvo a preguntarte: ¿Entre TONES  (30-tones, 40-tones, 50-tones…) dura más o menos el amor?

Mi respuesta personal ante esto es: “Todo depende si uno aprende a coleccionar miedos en el camino o libertades”. Quien colecciona miedos vive queriendo controlar y cambiar al otro y quien colecciona libertades tiene la fuerza, la inteligencia y el temple para dialogar y para permitirle a la otra persona lo que quisiera permitirse a sí mismo”.

Hasta la próxima. Me encantaría que dejaras tu opinión sobre el tema en los comentarios. Así podremos seguir platicando todos.

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