El creador antioqueño conserva la humildad de un joven soñador, cuyo sueño infantil siempre fue dibujar, sin importar la notoriedad internacional que ha conseguido hasta ahora.
A la cita llegó con una camiseta color naranja, jeans, tenis y sus gafas tipo aviador que, aunque parezcan un accesorio hipster que combina con su barba corta, ocultan unos ojos verdes que brillan cada vez que sonríe.
Su voz es serena pero masculina, y su forma de hablar fluida, clara. No parece temerle a conversar sobre su vida.
Lo más grato es que no tiene aires de súper estrella. Sabe que ha construido una carrera envidiable, pero no se lo quiere creer mucho: la sutileza es un arma que no sólo está en sus prendas, o en la idea de moda urbana que defiende, también puede leerse en su aura.
Camilo Álvarez, el diseñador de moda contemporáneo más destacado de Medellín, quien ha logrado la atención de la crítica, cuyas prendas parecen volar cada año sobre las pasarelas de Colombiamoda, y ha presentado sus colecciones en certámenes como el Latinoamérica Fashion, la IAF International Apparel Convention, en México y Portugal, o el Be Fashion en Chile; sigue sintiéndose un joven que camina por la ciudad y se sorprende ante la arquitectura, ante el paisaje.
En palabras de la experta en moda Beatriz Arango, editora de Estilo de Vida de la Revista Cromos, “el merito de Camilo Álvarez va en varios sentidos: en el manejo de los tejidos, se acerca al algodón, al denim, y los expresa muy bien. También, tiene una necesidad de expresar la moda urbana, siempre mira a la calle. Tiene elaboraciones muy usables, siempre desde lo urbano. Lo hace muy distinto que siempre propone puestas en escena inesperadas, recuerdo cómo sus modelos pisaban lagos de pintura y salían marcando sus pasos cuando trabajó con apoyo de Pintuco. Sus pasarelas no son modelos exhibiendo ropa, uno vive algo diferente”.
Juan Carlos Giraldo, jurado del Desafío Fashionista Latinoamérica y presentador de la sección “Tu moda sí incomoda” de La Red Caracol, no niega que “siempre admiré su propuesta arriesgada y el hecho de ser consecuente con lo que quería ser y hacer como diseñador”.
Además, destaca que “hoy continua con su proyecto y es uno de los pocos que le apuesta a la vanguardia en Colombia y eso lo hace único en nuestro mercado”.
Y es que él siempre está creando, diseñando y soñando más allá de la moda, conserva en todo momento un trozo de papel para dibujar.
Recurrentemente, Camilo publica sus dibujos del día en Facebook, una prueba de que esa técnica básica de la creación, valorada por artistas plásticos y fundamental para los diseñadores: el dibujo, ha sido para el un sueño, uno de los tantos que reveló en este Especial de Diseñadores Colombianos de egoCity.
- Su carrera parte de un sueño, uno que todavía lo ocupada: el dibujo, cuéntenos un poco de eso.
Yo quería ser dibujante. Admiraba la manera de dibujar de mi papá. Me asombraba. Decía que quería ser dibujante de películas animadas. Incluso me mandaban notas del colegio pidiendo que dibujara menos en las clases.
En ocasiones, poder dibujar era el premio después de las tareas.
- Y entonces, ¿cuándo escogió ser diseñador de modas?
Creo que decidí ser diseñador de modas porque veía en mis dibujos personajes, me gustaba dibujar personas. Y a la larga, más que la ropa me gusta es la persona vestida.
Mis primeros trabajos free-lance fueron como ilustrador. Vendí figurines a diferentes clientes, mientras estudiaba los primeros semestres de carrera.
- Las mujeres que usted presenta en sus pasarelas parecen tener mucho de la retromasculinidad, un juego a verse bien con algunos matices masculinos, ¿qué hay de eso?
La influencia de lo masculino en la mujer es parte de la década en la que crecí, ese gusto por lo andrógino de los 90s, las mujeres de camisetas y jeans. Mi mamá también ha influenciado esa manera de ver a la mujer sin muchos ornamentos, femenina pero no afeminada.
- Esto tiene que ver mucho con lo que usted piensa de la elegancia, ¿cuál es su concepto de elegancia y cómo conversa esa idea con su moda urbana?
La elegancia la verdad no es algo de la ropa… Eso está en la persona, es algo en el tono de la voz, en la manera de moverse… Para mí no es artificial.
En mi caso me interesa lo urbano de una manera limpia. Tranquila. Hacer ropa cotidiana, para usar en semana, en el día, los días “ordinarios” como días especiales.
- Uno de los principales intereses de su trabajo son los materiales, ¿cuáles son los que prefiere usar?
Me gustan mucho los materiales naturales, el algodón liviano, el denim, los jerseys de algodón; mezclarlos con materiales deportivos y algo tecnológico.
- Cuáles fueron los diseñadores de la generación en la que usted creció que influyeron en lo que hoy es su estética
Influencias hay muchas. Calvin Klein como idea unisex de los 90s (CK One, por ejemplo, en roll on) Rei Kawakubo, Martín Margiela, el grunge, el pop, lo básico, y en general la ciudad.
Caminar y listo. Ahí encuentro mucho.
- Ese caminar ha aportado muchas cosas a sus prendas, cuéntenos de eso, de lo que han significado sus caminatas por Medellín para las colecciones
Yo resuelvo muchas cosas caminando (literalmente hablando, pienso con el movimiento) y a la vez por donde camino me encuentro sorpresas, o miro algo común del suelo con extrañeza… De ahí salen las ideas.
De Medellín he sacado varias colecciones, en el 2008 presenté mi primera colección completa, diseñada a partir del separador de la Avenida Oriental, las Pirámides.
- Supimos que ha estado llevando sus prendas a tiendas, moviendo mucho su mercado, ¿de qué se trata y qué vendrá para este 2015?
Nosotros lanzamos colecciones y distribuimos a tiendas multimarca en diferentes ciudades del país. Al igual que en Ciudad de Panamá y dos ciudades de México.
Este año le estamos apostando a modelos de venta personalizados y a un crecimiento en ventas on-line. Por otro lago, tendremos una sorpresa interesante para este segundo semestre.
- Camilo, ¿qué sueño quiere que se haga realidad a través de sus dibujos, de esos figurines mágicos que crea trazo a trazo?
Tener una marca muy fuerte, que pueda diseñar lo que quiera. No sólo moda.