“Con mucho pesar confirmo que el colegio San Luis Rey es un lugar que no acepta la diversidad y que promueve la exclusión”, Juan David Herrera.
Una representación del Colegio San Luis Rey de Armenia salió muy orgullosa a la marcha contra la “ideología de género” (concepto que no existe) que el gobierno “pretende implantar” en los colegios. La manifestación fue en realidad contra la obligación constitucional del Ministerio de Educación de revisar todos los manuales de convivencia de los colegios del país para evitar que se sigan presentando casos de discriminación y acoso, como el vivido por el adolescente Sergio Urrego, que se quitó la vida el 04 de agosto de 2014.
Es un deber del Ministerio de Educación cerciorarse de que no haya discriminación por orientación sexual ni por identidad de género, razón por la cual debe asegurarse de que directivos y profesores estén instruidos en diversidad sexual e identidad de género. No porque un colegio pertenezca a una comunidad religiosa puede saltarse las órdenes de la Corte Constitucional, ni diseñar manuales de convivencia contrarios a los derechos humanos e inexequibles con nuestra Constitución Política, que además está inspirada, en palabras del exmagistrado Carlos Gaviria Díaz, en una filosofía liberal y humanística.
Un valiente exalumno del colegio San Luis Rey hizo pública, en su perfil de Facebook, la discriminación de la que fue víctima mientras estudiaba allá por cuenta de su orientación sexual.
Juan David Herrera compartió un álbum de fotos del perfil en Facebook del Colegio San Luis Rey en su propio perfil. Dicho álbum está compuesto por las fotos de la marcha en contra de la “ideología de género” de la que participó el colegio. El exalumno comentó dicho álbum con las siguiente palabras:
Les presento mi colegio. Un lugar que recuerdo con horror y miedo. Allá me hicieron bullying por gay, a la vista de profesores, directivos y rectores. Me daba miedo izar bandera, salir a descanso, me daba miedo incluso madrugar a clase.
Quise estar al margen de este debate, porque la gente tiene derecho a manifestar sus inconformidades y respeto enormemente a la iglesia católica aunque no forme más parte de ella.
Sin embargo, el tema se volvió personal y me siento obligado a hablar. El colegio que se enorgullece de ser el mejor colegio del Quindío sigue promoviendo la exclusión que yo sufrí hace más de 10 años. Ha pasado mucho tiempo pero el recuerdo sigue presente, porque el maltrato psicológico es mucho peor que el maltrato físico.
Hoy en día vivo con orgullo mi vida, gracias al apoyo de mi familia, de mi universidad que apoya la libertad, la diferencia y el debate, y sobretodo de mis amigos.
Con mucho pesar, confirmo que el Colegio San Luis Rey es un lugar que no acepta la diversidad y que promueve la exclusión.
Sus palabras hablan por sí solas. Debo confesar que se me aguaron los ojos cuando leí esto. Conozco a Juan David personalmente y sé la calidad de persona que es, su gran respeto hacia los otros y su inteligencia (lo considero excepcionalmente inteligente o como dicen algunos “superdotado”). A Juan le manifiesto toda mi solidaridad y a los adolescentes que están pasando por lo mismo les mando un mensaje de esperanza y apoyo. También quiero decir que afortunadamente Juan David estudió en la Universidad Externado de Colombia, que aparte de ser uno de los mejores centros educativos de educación superior del país, es liberal y fundada por libre pensadores. El rector de esta universidad es el exmagistrado Juan Carlos Henao Pérez, que además de tener una hoja de vida envidiable, es un liberal que merece la pena conocer, no solo por su genialidad, sino también por su humanidad y carisma.
No nos digamos mentiras, la supuesta marcha contra la “ideología de género” fue en realidad una movilización de odio e intolerancia y puso en evidencia la gran homofobia que existe en el país y, por tanto, la gran ignorancia. Sí, ignorancia, la homofobia es producto del desconocimiento, de la insuficiente educación en la compleja sexualidad humana. La gente no conoce la diferencia entre sexo, orientación sexual, identidad género, etc. La mayoría no conoce casi nada sobre sexualidad. La gente no sabe que en 1973 la Asociación de Psiquiatría de los Estados Unidos removió a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. La gente no sabe que el 17 de mayo de 1990 La OMS (Organización Mundial de la Salud) eliminó a la homosexualidad de su lista de enfermedades psiquiátricas. Y podría seguir pero no quisiera extenderme más. El caso es que la gente no tiene la culpa: la única educación sexual que han recibido en las distintas instituciones es la que involucra exclusivamente a actos sexuales entre hombres y mujeres.
Lo peor de todo es que las instituciones educativas no conocen esta información o prefieren omitirla porque va en contra de sus dogmas. Yo no concibo que en pleno siglo XXI una institución académica esconda, omita y mienta. Y SÍ, se miente cuando se enseña que hay un único modelo de familia, el judeocristiano, o cuando se da una información parcializada sobre la sexualidad humana y se reafirman paradigmas obsoletos que hace años gran parte del mundo cambió. No puede ser que el dogma se anteponga a la ciencia y a la evidencia. ¡Cómo vamos a construir ciudadanos propios de una democracia que debatan de forma crítica y racional, cómo vamos a hacer que nuestra cultura coincida con los principios de la Constitución Política, si la educación sigue omitiendo y mintiendo!
Yo, como liberal, respeto la libertad de cultos, pero exijo que se respete mi libertad sexual y la de los demás. El problema es que los discursos crean realidades. Y las realidades que han creado los dogmas religiosos con sus narrativas respecto a la diversidad sexual son nocivas porque construyen sociedades excluyentes. Decir que la no heterosexualidad es pecado, o anormal, o enfermedad o que va contra natura es legitimar la discriminación, la intolerancia, el irrespeto por la diferencia y la violencia. Es decir, son discursos y creencias que hacen muy difícil que una sociedad viva en paz. En cambio, el ejercicio de mi libertad sexual, mientras sea entre adultos y consensuada, no afecta en nada a la libertad de cultos, ni a nadie.
En la marcha del odio se escucharon toda clase de insultos, injurias y arengas profundamente homofóbicas. En una de las pancartas que llevaban los engañados, los instaron a marchar con base en mentiras, se leía: “Estamos a favor del diseño original”. A esto responderé con un párrafo que leí en uno de los libros del exsacerdote Gonzalo Gallo, y que evidencia lo difícil que es vencer al dogma, pese a que se tengan los más sólidos argumentos:
A un predicador amigo de interpretar la biblia al pie de la letra le dijo un estudioso: Según el texto sagrado la tierra fue creada hace solo unos 5 mil años, junto con el hombre. No obstante, se han hallado huesos que demuestran que el ser humano existe hace millones de años. La respuesta no se hizo esperar: Cuando Dios creó la tierra hace 5.000 años puso a propósito esos huesos en ese lugar. Lo hizo para ver si le daríamos más crédito a los científicos que a su divina palabra.
Es increíble cómo se puede manipular la mente humana con la idea de Dios, de la fe y con preceptos religiosos. Pero afortunadamente hay facciones del cristianismo en todo el mundo que empezaron no solo a aceptar personas LGBTI en sus iglesias, sino que hasta defienden sus derechos. A los homosexuales que quieran conservar su fe en el cristianismo les doy una buena noticia: cristianosgays.com; este es un “espacio de encuentro para critian@s unid@s contra la LGBT-fobia”. Además les doy otra buena noticia, en Colombia existe Fraternidad de la Amistad:
Somos un grupo de personas, en su mayoría, homosexuales con tradiciones cristianas diversas (adventistas, pentecostales, episcopales y católicos) que buscamos afianzar nuestra espiritualidad cristiana a través de la lectura del evangelio, de la oración y la fraternidad. Hacemos parte de un país homofóbico y católico que señala y juzga a las personas con una afectividad diferente, así que tenemos como objetivo el estudio adecuado de la Biblia, para interpretar y vivir el verdadero mensaje que es el amor.
Yo confieso que la filosofía cristiana, eso de la no venganza, la misericordia y de poner la otra mejilla y todo lo que se lee en el Sermón de la Montaña, es muy linda. Pero no veo nada de eso en un colegio que sale a marchar en contra de un concepto que no existe, “ideología de género”, y que termina por negar la realidad y crear situaciones de discriminación, intolerancia y, por ende de violencia. No hay derecho que hayan niños que pasen tan malos momentos en su colegio. No hay derecho a que hayan niños que sean empujados al suicidio por el acoso del que son víctimas o porque les hagan creer que Dios no los quiere. No hay derecho a que haya tanta ansiedad y depresión en la población LGBTI por cuenta de una sociedad hostil. Yo hasta donde sé, Dios es amor y Cristo vino a salvar no a juzgar (Juan 3:17).
En la marcha contra “la ideología de género” y “defensa de la familia”, que yo llamo la marcha del odio, se escuchó muchas veces, repetían como loros, que no querían que sus hijos se volvieran gays. Incluso, una amiga que se mezcló en la marcha ataviada de símbolos de diversidad sexual, como acto de resistencia, fue testigo de una mujer que la miraba con rabia y lágrimas en los ojos, al tiempo que le gritaba: “Usted no tiene hijos”. La mujer, como la mayoría de los marchantes, creen todavía la idea de que la orientación sexual es contagiosa, pese a toda la evidencia que demuestra que no es así. Esta gente también cree que si sus hijos reciben una educación sexual completa se van a volver “gays y lesbianas”. ¡Imagínense el nivel de ignorancia! Si así fuera yo hace rato sería heterosexual: Primero, porque recibí una educación sexual que involucraba información exclusivamente sobre actos sexuales entre un hombre y una mujer; y segundo, porque siempre he vivido con heterosexuales. Entonces, ¿por qué nunca se me ha pegado la heterosexualidad? Quiero que alguno de los marchantes me lo explique por favor.
Al final, tristemente, nos dimos cuenta de que toda esa marcha y ese escándalo tenía otro trasfondo: la extrema derecha la utilizó para capitalizar votos a favor del NO en el plebiscito y para afectar negativamente la imagen del presidente Santos. Esa marcha fue como una extorsión al gobierno: “Si no deja de apoyar la diversidad sexual, votamos NO en el plebiscito”. ¡Hágame el favor! Miren el nivel de maledicencia.
La igualdad es imparable. Y la batalla ya la tenemos más que ganada: la ley y la constitución están de nuestro lado. ¡Duélale a quien le duela!
Nota: La Iglesia Católica no es monolítica y existen diferentes posturas y disidencias dentro de la misma. Yo debo decir que jamás me sentí discriminado en la Javeriana. De hecho sentí mucho apoyo y me respetaron profundamente. Tengo la mejor imagen de la Compañía de Jesús. Además, admiro profundamente a tres jesuitas colombianos y los tengo como referentes de ética: Francisco De Roux, Javier Giraldo y Carlos Novoa.
No porque yo estudio haya y hay afrocolombianos, chinos de todo así que no creo que puedas decir que mi colegio es un lugar de discriminación
pues yo estudio allí y a mis compañeros de diferente orientación sexual nadie les discrimina antes tratamos que se sientan bien consigo mismos, aunque pues no tenia conocimiento de esa marcha y me parece interesante el articulo pero no me parece que generalices tanto el titulo porque ya seria algo no muy cierto.