Colombia se movilizó en el paro nacional pero es necesario que siga resistiendo pacíficamente en pro de un cambio real, porque el gobierno pareciera que no quiere escuchar.
Más allá de las posturas políticas con las que te identifiques, es innegable que el país está clamando a gritos cambios sociales en pro de la ciudadanía, por eso allí nuestro papel como sectores poblacionales LGBTI+ y movimiento cuir/queer es primordial.
Históricamente la lucha por la igualdad de derechos, visibilización y reconocimiento social se ha logrado con efectividad a través de la unión de fuerzas. La revolución sexual se da por la lucha feminista, que a su vez, siempre ha estado alineada con los movimientos obreros y más ahora, luego de tantos logros, cuando concebir una movilización contra un estado opresor es imposible sin una visión interseccional de la humanidad, de una ciudadanía activa y resiliente.
Este 21 de noviembre, justo un día después del Día Internacional de la Memoria Trans para recordar a nuestrxs hermanxs trans que han caído por ser fieles a su esencia en una sociedad transfóbica, se convocó el Gran Paro Nacional por parte de los sindicatos del país, estudiantes, indígenas y partidos de oposición contra las reformas que el gobierno de Duque busca radicar en el Congreso y los múltiples asesinatos en diferentes regiones, en el cual participaron cientos de miles de personas.
Un Gran Paro que se ha extendido a punta de cacerolazos para exigir cambios y hoy 26 de noviembre, para también honrar la memoria de víctimas de una violencia entre el mismo pueblo, para proteger o irse en contra de una élite de poder que quiere seguir ignorando el clamor social.
Vidas como la de Dylan Cruz, a quien se le ditacminó muerte cerebral el #25N, cuando marchábamos por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer; Brandon Cely, el soldado que se suicidó por presión social luego de publicar en sus redes sociales que apoyaba el paro ciudadano; o Faustino Vargas, asesinado por una bala perdida durante las falsas alarmas de saqueos en Bogotá que llevó a que la ciudadanía se armara; merecen ser recordadas.
Por esto es que esta cita, día a día, también es nuestra, porque no podemos continuar permitiendo que reconocernos como personas diversas por nuestras orientaciones sexuales e identidades de género sea un motivo de invisibilización estatal, Colombia reclama movilización y nuestros cuerpos libertad, porque somos sujetos políticos y “sin libertad sexual, no hay libertad política”.