Gloria Trevi, una de las divas gay hispanohablantes más reconocidas estrena un nuevo álbum llamado “El Amor”. Como parte de su gira, la cantante viajó a España y Shangay tuvo la oportunidad de hablar en exclusiva con ella y discute su amor hacia su público gay y la diversidad que respira su arte.
¿Por qué has querido dedicar todo un disco al amor?
Porque es universal. Para mí no es simplemente algo romántico o relajado, el amor también es rock, intensidad, pasión, dolor, alegría… y también muchas lágrimas.
Todos me miran vuelve a ser un exitazo en España gracias a que suena en el programa Cámbiame de Tele5. ¿Qué te parece que la canción tenga tanto aguante?
Es algo que tengo que agradecer a la comunidad gay. Siempre lo he dicho: cuando una canción es un éxito en la radio, es un éxito; cuando es un éxito en la comunidad gay, se convierte en un clásico. Por eso los amo con todo mi corazón, ¡porque tienen muy buen gusto y oído musical! Es una de mis canciones favoritas, porque a todo el mundo, sea o no gay, le levanta el ánimo.
https://www.youtube.com/watch?v=TP7Kh2gWL8g
¿En El amor, y en tu gira actual, te desdoblas en hombre y mujer a la hora de interpretar los temas de amor. ¿Por qué?
Porque en todos está esa dualidad, está científicamente comprobado. En este disco decidí hacerme hombre para cantar esas canciones que me habría gustado interpretar si lo hubiese sido. En el escenario lo puedo todo, porque ustedes me dejan. En los conciertos no es que me vista de hombre, es que me convierto en un macho. Mr. Trevi es el hombre perfecto; tiene algo de todos los galanes que me llaman la atención: la elegancia de Frank Sinatra, la sensualidad de Elvis Presley, la pasión de Raphael… Y Mr. Trevi se está convirtiendo en el hombre de las fantasías de muchas… y de algunos. Hay quien piensa que es bisexual, y es verdad que a veces se le van los ojos con los chicos…
Un público muy fiel, además…
¡No sabes lo impresionante que es! Por eso, cuando les veo en las firmas de discos, que pasan horas esperando, no puedo menos que enviarles unos tacos para que coman algo, y abrazarles unos segundos cuando por fin les toca. Espachúrrenme y baboséenme si quieren, ¡soy vuestra, y vososotros, míos!
¿Tanto amor tienes para dar?
Y mucha gratitud. Sobre todo para mi público gay. Porque cuando tuve un gran problema y la sociedad me dio la espalda por miedo al qué dirán, ellos, a los que el qué dirán no les importa nada, dieron la cara por mí, me pusieron el hombro y me ayudaron a levantarme. Y me dieron trabajo. Cuando regresé a los escenarios no ganaba lo mismo que ahorita, pero nos dieron de comer a mi familia y a mí. Por eso, cuando me dicen “qué bueno que apoyas a la comunidad gay”, digo “¿qué? Son ellos los que me han apoyado a mí”. Yo no soy su reina, ellos son mis reyes.
¿Sueles coquetear con tus fans homosexuales?
En los conciertos, sí. Porque cuando hago de hombre, invito a una chica del público para seducirla. Me escriben muchas fans lesbianas para decirme: “Quiero ser tu hembra” [risas]. Y en ese momento del concierto, además de seducirla a ella, jugueteo con un bailarín guapísimo. Ahí me siento gay, y esto se convierte en una cosa ¡guau! Demuestro una vez más que el amor es universal. E intento romper tabús e ideas preconcebidas. Tengo que venir a España para mostrárselo. Estoy deseando verme aquí cantando, además de Pelo suelto o Doctor psiquiatra, Que muera el amor o Como yo te amo, del disco nuevo.
¿Nunca has tenido una experiencia lésbica?
No. Pero porque nunca me he enamorado de una mujer. Para mí el amor no tiene sexo ni raza. Puedes ser gay y enamorarte de una mujer. Quizá dices: “A mí no me gustan los chinos”, y te enamoras de un chino. O aseguras que no te gustan los hombres, pero vas y te enamoras de un cabrón. Todo es cuestión de química. Y esa química es la que hace que esté enamorada de mi público, ahí no hay barreras.
¿Cómo recuerdas el Orgullo gay de Madrid de 2009, en el que fuiste nuestra estrella invitada?
Me impactó. Ver que todo el mundo el día del desfile decía “hoy yo soy gay”, lo fuese o no, me pareció maravilloso. Y es algo que se ha quedado conmigo. Ojalá que un día la palabra ‘gay’ desaparezca, porque una preferencia no tiene por qué convertirse en un estereotipo.