A veces las historias no tienen que ser producidas por Hollywood para causar terror, a veces solo basta con tener una mala experiencia para que una cita se parezca a una secuela de Saw o la próxima instalación de Halloween.

¿Qué necesita una cita para convertirse en una experiencia de miedo?

  • QUE NO SEA EL DE LAS FOTOS

Recuerdo una vez que cuadre un encuentro con alguien, me preparé para ir a su casa (que por cierto ya es una práctica de miedo), me puse mi mejor atuendo, me perfume, busqué su dirección, repetí varias veces las fotos que me envió para hacerme una idea de la persona con la que me iba a ver y cuál sería mi sorpresa cuando al llegar a la puerta era alguien totalmente diferente.

Me invitó a pasar tuvimos una charla muy corta, nunca me explicó porque era una persona diferente en fotos y en persona, pero me bastó solamente esos minutos para agradecerle la invitación y salir corriendo de ese lugar.

  • QUE NO TE DEJE HABLAR

Nada da más terror que quedarte sin voz, como pasa con algunas personas que cuando hablan en una cita piensan que están de invitados en un Talk Show sobre sus vidas y se encargan de convertir todas las conversaciones sobre ellos.

Esta ha sido otra experiencia que he vivido, recuerdo una cita en la que este tipo en cuestión cada cosa mínima que pasaba lo convertía en un monólogo sobre su experiencia de vida; hasta el punto en que en un momento empezó a cantar a todo pulmón en un restaurante cuando solamente le había preguntado sobre sus artistas favoritos.

  • EL QUE SE LE “OLVIDÓ” LA BILLETERA

Existen diferentes tipos de invitaciones, las acordadas de que es una cita en la que se pagará por mitades todo, pero también existen otras que son invitaciones en las que una persona se encarga de los gastos implicados bien sea porque así lo hablaron o en las conversaciones fue claro este punto.

Por eso, que sorpresa me llevé una vez que alguien me invitó por unas cervezas luego de conocerlo por una app, al llegar todo súper chévere, una conversación amena que hizo que pidiéramos más cerveza, además de unas entradas, comida, un cóctel y todo pintaba como una velada agradable. Hasta que llegó el momento de pagar, y la cara de horror del tipo me dijo todo; me explicó que no había traído su billetera, que no sabía qué hacer y yo con la billetera llena de bolas de heno. Tuve que esperar mientras el tipo fue y se devolvió a su casa, mientras la mesera me miraba con cara de lástima, definitivamente una experiencia de miedo.

  • QUE SEA EL DE TUS SUEÑOS PERO…

Y a veces las historias de terror son las que tienen un final o un giro inesperado, como esa vez que conocí un hombre espectacular o eso parecía su perfil por donde lo conocí, organizamos una cita y todo marchaba perfecto.

Un hombre guapo, inteligente, conversador, gracioso, pero cuando todo parece muy bueno para ser cierto ¡Lo es! Después de esperar por ese primer beso perfecto…

EL TIPO NO SABE DAR UN BESO. Y entro en una boca inmóvil, una lengua que quiere explorar mi faringe y un litro de babas, me doy por vencido. Otro príncipe azul desteñido.

Estas son solo algunas historias que se han asemejado a una historia de miedo, pero sabemos que como esas hay muchas más, recuerda siempre que planees un encuentro con alguien verificar que tu seguridad está por encima de todo y que estés cómodo con todo lo que esté pasando.

Queremos que nos cuenten, ¿cuáles han sido sus citas de terror más tenebrosas?


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