Las personas infectadas con VIH están en mayor riesgo de enfermedades relacionadas con la edad.

Gracias a la terapia antirretroviral combinada, muchas personas con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) pueden vivir décadas después de haberse infectado, pero los médicos han observado que estos pacientes a menudo muestran signos de envejecimiento prematuro.

Un estudio publicado en la revista Molecular Cell ha aplicado un biomarcador de alta precisión para medir hasta qué punto la infección por VIH envejece a las personas a nivel biológico: un promedio de casi cinco años.

“Los problemas médicos en el tratamiento de personas con VIH han cambiado”, dice Howard Fox, profesor en el Departamento de Farmacología Experimental y Neurociencias del Centro Médico de la Universidad de Nebraska y uno de los autores del nuevo estudio. “Ya no estamos tan preocupados por las infecciones que proceden de estar inmunocomprometido. Ahora nos preocupamos por enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la enfermedad cardiovascular, el deterioro neurocognitivo y problemas en el hígado”, añade.

“Lo que hemos visto en estudios anteriores es que a medida que envejecemos, cambia la metilación a través de todo el genoma”, dice Trey Ideker, profesor de Genética en el Departamento de Medicina de la Universidad de California en San Diego.

Los 137 pacientes incluidos en el análisis fueron incluidos en CHARTER (el estudio ‘CNS Antiretroviral Therapy Effects Research’), un análisis a largo plazo destinado a vigilar a las personas infectadas por el VIH que están siendo tratadas con terapia antirretroviral combinada, en esta parte quienes fueron escogidos no tenían otras enfermedades de salud que pudieran sesgar los resultados. También se incluyeron 44 sujetos de control sin VIH en el análisis inicial, y se empleó a un grupo independiente de 48 sujetos, tanto positivos como negativos en VIH, para confirmar los hallazgos.

Además del descubrimiento de que la infección por VIH condujo a un avance medio en el envejecimiento biológico de 4,9 años, los investigadores destacan que estos cambios se correlacionan con un mayor riesgo de mortalidad del 19%. Fox señala que no hubo diferencias entre los patrones de metilación en las personas que fueron infectadas recientemente (menos de cinco años) y aquellos con infección crónica (más de 12 años).

Los investigadores dicen que es posible, finalmente, desarrollar fármacos para dirigirse a los tipos de cambios epigenéticos observados en el estudio. Pero las consecuencias más inmediatas son mucho más simples: y trabajar para disminuir estos riesgos al tomar decisiones de estilo de vida saludable en relación con el ejercicio, la dieta, el consumo de drogas, tabaco y alcohol.

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