Cuando caminas por la calle y te topas con revolucionarias campañas de parejas o familias conformadas por personas del mismo sexo, es un ejemplo claro de la apertura a nuevos mercados. ¿Y por qué es importante conocer sobre diversidad no sólo para la publicidad si no a la hora de prestar un servicio o vender un producto?

La respuesta es muy sencilla y se llama “crecimiento de mercado”. Aunque parezca increíble, el “Mercado Rosa” representa en términos de macroeconomía, un prospecto de consumidor con un poder adquisitivo más alto que el de los heterosexuales, en este nicho existe un término para categorizar los consumidores de primera clase, denominados Dinky (double income / no kids yet), es decir, parejas de adultos en donde ambos miembros cuentan con ingresos, pero que han decidido no tener hijos lo que significa menos obligaciones personales y su éxito se mide en tener una excelente calidad de vida, convirtiéndolos en un segmento de la economía sumamente activo.

A pesar de ser uno de los epicentros de mercado que más movimiento -hablando en cuestiones de ventas y ganancias- representa para la economía mundial, es también uno de los más desconocidos y estigmatizados por el común denominador de las personas.

Pero lo que muy pocas empresas han comprendido, es que el mercado rosa representa uno de los segmentos que más gustos se brindan, no miden cantidad y muy pocas veces se fijan en el precio, pues para ellos la calidad es lo imprescindible, pues es símbolo de status. Por ello, la inclusión, en un concepto amplio, es la palabra del éxito si de apostarle a una idea brillante se trata.

El consumidor gay es un target ideal, además de ser fieles a las marcas que establecen comunicación con ellos, destinan más de un 10% o 15% a satisfacer sus necesidades personales; por ejemplo, a la hora de viajar gastan un 35 % más que el resto de los consumidores, ellos se sienten atraídos por destinos cosmopolitas e internacionales, siempre buscan sentirse cómodos y ser fieles a su esencia en el lugar en que se encuentren.

En un reciente estudio realizado por el World Travel & Tourism Council y la Organización Mundial del Turismo (OMT) el turismo en Colombia crece anualmente entre el 4% y 5% y el turismo de la población LGBTI lo hace en un 10%, siendo esta la cifra que representa un exponencial segmento del mercado a explotar.

Además de ser consumidores hedonistas, al tanto de las nuevas tendencias, aventureros y libres; representan una mina de oro que las empresas por temor al estigma, aún no se atreven a explorar abiertamente en nuestro país. Dilema que en otras latitudes solucionaron rápidamente en aras de que su economía tuviera un auge sin igual como lo hizo la potencia mundial, Estados Unidos, que asumió y personalizó sus productos y servicios para el beneficio de todos sin distinción, permitiéndose explorar un nicho del mercado que quiere suplir sus deseos con inmediatez, lo que responde a un mercado rápido y expandible.

Algunos de los servicios más concurridos por esta población son: la moda, las librerías, los eventos culturales, la salud, la tecnología, el cuidado personal, atención veterinaria y con especial ahínco el turismo, que representa un 10% de las ganancias a nivel mundial en el crecimiento económico de diferentes países, donde el término gay friendly ha sido el plus y precursor de que lugares paradisíacos tengan tanto éxito para estos exorbitantes consumidores.

Es así como el mercado rosa juega un papel fundamental para el desarrollo de cualquier economía, no sólo por su representación adquisitiva si no por dar apertura a la visibilización de una población que ha sido marginada y excluida por años, y que hoy en día son los revolucionarios de un imperio económico en crecimiento.

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