La creciente oferta turística, la posibilidad de tener una boda simbólica y un ambiente de no discriminación han convertido a la costa occidental de México en un paraíso para la comunidad homosexual internacional.
La franja de playas que va desde Puerto Vallarta, Jalisco, hasta San Blas, Nayarit, es el principal destino turístico para los miembros de la comunidad lésbico-gay que vienen de países como Estados Unidos y Canadá y, de manera creciente, de Europa y Sudamérica, según revistas especializadas en este segmento.
Richard Zarkin, portavoz de la Oficina de Visitantes y Convenciones de la Riviera Nayarit, afirma que este tipo de turismo deja una derrama económica 30 por ciento mayor que la del segmento heterosexual y crece anualmente hasta 11 por ciento más. En Nuevo Vallarta, Punta Mita, Sayulita y San Francisco, Nayarit, dos hoteles ofrecen bodas simbólicas y paquetes de luna de miel para personas del mismo sexo y dos más tienen certificado “Out Now”, otorgado a establecimientos con personal capacitado para dar atención integral al mercado homosexual.
Ofrecer la bodas simbólicas ha sido un factor para atraer a parejas del mismo sexo pues en estas ceremonias se trata “de unir no cuerpos, sino almas, y el alma no tiene sexo”, dijo Enrique Alejos, creador del concepto y quien ha organizado unas cuatro bodas de este tipo en los últimos dos años. Estas ceremonias tienen su origen en un ritual prehispánico en que la pareja “se une a nivel espiritual mediante los cuatro elementos” frente a sus amigos y familia.
Cada año, durante dos semanas, llegan a Nuevo Vallarta los cruceros “Atlantis” y “Olivia”, exclusivos para turistas homosexuales, muchos de ellos empresarios de Estados Unidos y Canadá que buscan un sitio para divertirse. Charles, originario de Canadá, dijo a Efe que viene a esta región cada año porque no tiene que preocuparse del “qué dirán”.
Fidencio Cuevas, dueño del establecimiento hotelero para turismo homosexual más conocido de Vallarta, con unos 40 años de antigüedad, asegura que la cifra de estos visitantes se ha incrementado 60% en la zona en los últimos 10 años, en gran medida por el trato que reciben de los lugareños.
Afirma que los habitantes ya están acostumbrados a tratar a la población LGBT. Muchos extranjeros decidieron establecerse y emprender sus propios negocios en la zona y son quienes han impulsado a Vallarta como destino gay.