Llego a cortarme el pelo, me detengo un poquito a observar a mi alrededor y me me topo con muchos objetos que refieren a costumbres de antaño que se habían perdido en las últimas décadas pero que creo están regresando. Sin duda los #TONES, los #gentleman estamos de moda por muchas razones. Y cuando hablo de costumbres no solo me refiero al cuidado de la barba o a usar tirantes, corbatines y sombreros, sino a los modales, los protocolos, las reglas de educación. ¿Será que resucite el manual de Carreño?
Si bien, para mi gusto antes existía demasiado formalismo mal entendido que llegaba a convertirse en hipocresía y después generaba prejuicios, algunas de las costumbres de antes quizás hoy puedan volver y darle un toque educado, fino y amable a nuestro día a día. Esto marcaría una gran diferencia entre nosotros. La nueva forma de clasificarnos, las nuevas etiquetas para los hombres quizás serían “barbaján” (grosero, corriente) o “gentleman” (refinado, educado, amable). Entonces quedaría atrás la costumbre de dividir a los hombres entre “bugas” (heteros) y “putos” (término peyorativo para referirse a los gays).
Y si hablamos de reglas de convivencia dentro de la sociedad, me parecen mucho más atinadas y útiles porque ¿a quién le importa con quién te acuestas dentro del ambiente de trabajo, al toparte con alguien en la calle, al bajarte de un taxi o al salir del supermercado?
Lo puto o no (y utilizo la palabra porque no tengo ningún conflicto al respecto) no le afecta a quien no quiere acostarse contigo, sin embargo, lo poco cortés, lo “barbaján” y lo inconsciente, sí.
Entonces, me pregunto:
¿Será de TONES abrirle la puerta del coche a una mujer o simplemente a alguien a quien quieres mostrarle interés?
¿Será de TONES llevar flores y serenatas?
¿Será de TONES acercarle la silla a tu pareja a la hora de cenar?
¿Será de TONES vestirse formalmente en eventos especiales respetando las reglas de etiqueta?
¿Será de TONES darle importancia al cuidado personal, a lucir pulcros?
Siendo sincero, se me antoja mucho volver a ver este tipo de detalles siempre y cuando no se vuelvan exageraciones y no se generen prejuicios a su alrededor. (Aunque jamás renunciaré a mis jeans rotos y camisetas) Jaja.
Ahora, me parecería genial que estos protocolos no fueran exclusivos de ninguna orientación o identidad sexual, me gustaría que simplemente fueran una forma de mostrar amabilidad, respeto e interés por alguien, una forma de darle valor a los detalles. Sí, lo último suena muy gay pero ya es hora de que la gente saque el “gay de closet” que todos llevan dentro. La sensibilidad va a la alza.
Sin duda, ser cool el día de hoy es ser un verdadero gentleman y los TONES encabezaremos la lista de los más guape-tones e interesan-tones. Porque digan lo que digan, ni le amor ni el respeto se ganas a sen-tones.
Ahora, no me malinterpreten, ¡que viva los sen-tones! Jajaja
¿Qué opinan? ¿Se les antoja entrar al club de los TONES – gentleman o al de los barbajanes?
De pronto empecé a reírme solito… ¡Cómo se me antoja empezar a usar las palabritas anticuadas de mi abuela! Porque ella no dice recámara, ella dice “pieza”. Porque ella no dice precioso, ella exclama eufóricamente “primoroso” y ella no mete el coche a la cochera o al garage, ella lo mete al zaguán. Ja, ja, ja.
Y bueno, se puede ser un TON gentleman, pero sin perder el toque de locura y rebeldía.
Nos leemos en la próxima.
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