El 19 de noviembre se estrenará “El baile de los 41”, protagonizada por Poncho Herrera, quien volverá a tener la responsabilidad de un gran papel gay, luego de interpretar a Hernando en Sense8.
Poncho Herrera se ha convertido en más que un sex symbol para el público gay latinoamericano, luego de su interpretación junto a Miguel Ángel Silvestre en Sense8 de la súper pareja de Lito y Hernando, pero esta vez tendrá una responsabilidad mayor, digna de su talento.
“El baile de los 41” fue el nombre que recibió la redada que llevó a cabo la policía en 1901, durante el periodo de control militar en cabeza del presidente Porfirio Díaz, conocido como el Porfiriato, entre 1876 y 1911, a un baile de una sociedad privada de hombres de familias aristocráticas de la época, donde la mitad de ellos estaban vestidos con prendas femeninas.
El suceso, retratado por los medios de la época de manera burlona y peyorativa, también llamado “El baile de los 41 maricones”, generó un gran impacto en el régimen, debido a que el nombre 42, quien fue eliminado de los registros oficiales, pero no de las publicaciones mediáticas, fue Ignacio de la Torre y Mier, esposo de Amada Díaz Quiñones, hija mayor del entonces Presidente.
El reparto de la película está conformado por Poncho Herrera, interpretando a Ignacio de la Torre, Mabel Cadena como Amada Díaz, junto a Emiliano Zurita, Fernando Becerril y Paulina Álvarez Muñoz. Dirigida por David Pablos, con guión de Monika Revilla, música de Carlo Ayhllón y fotografía de Carolina Costa.
“El Baile de los 41 fue la primera mediatización de la homosexualidad en México. Por primera vez, los medios hablaron sobre la homosexualidad. Es importante rescatar ese momento porque se trata de un episodio que permanece vigente entre los sectores LGBTI+ mexicanos, pero que ha sido relegado por la historia oficial… Si lo analizamos, nuestro pensamiento sobre la homosexualidad no dista mucho del que teníamos en 1901, ya que aún hay poca visibilidad y mi intención es recabar esta anécdota del baile desde otro ángulo, completamente opuesto al de la prensa de aquella época, que lo relató desde una perspectiva deshumanizada” resaltó su director, David Pablos.
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El drama que significó este suceso para los 41 hombres detenidos, implicó un sometimiento a penas públicas como barrer las calles vestidos de mujer, expulsiones de la ciudad, traslados a la cárcel de Belén, Yucatán, y estar obligados al servicio militar bajo advertencia de ser llamados a combate, por lo que se espera que la película retrato el nivel de censura y discriminación que estas personas vivieron.