Después de la polémica en Brasil por la “cura gay” en la que un juez permite a los psicólogos tratar la homosexualidad como una enfermedad, el Movimiento Latinoamericano de Madres de Hijos LGBT se pronunció ante tal decisión.

Este es el comunicado oficial del movimiento sobre este hecho tan controversial:

Creemos que las “terapias de reorientación” son incompatibles con una sociedad que defiende la justicia y dignidad de toda persona, así como el respeto por la verdad y el conocimiento científico. Ante ello, queremos resaltar los siguientes puntos:

1. Múltiples organizaciones de la salud en nuestra región han dejado claro que la homosexualidad no es ninguna enfermedad y, por lo tanto, no es necesaria ninguna cura ni terapia para revertir la orientación sexual de una persona. Entre estas organizaciones encontramos a la Asociación Panamericana de la Salud (APS), la Asociación Colombiana de Psiquiatría (ACP), Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de las Sexualidades (SOCUMES) entre otras que a su vez cuentan con el respaldo de organizaciones mundiales como la OMS (1990).

2. La decisión del juez responde a la acción presentada por un grupo de psicólogos que alegan “libertad científica”. Esta es una estrategia conocida. Se presentan como un grupo de defensores de la verdad censurada por la dictadura de un pensamiento único. Lo cierto es que históricamente la homosexualidad ha sido considerada una enfermedad por muchos años en los que jamás se cuestionó la veracidad de su carácter patológico.

Quienes verdaderamente lucharon por la verdad fueron quienes posibilitaron estos debates tras los que se llegó a una conclusión: que no había motivo para considerar la homosexualidad como patología. La libertad científica debe estar garantizada, pero esta no debe conducirnos al exceso de dar carta blanca a todo aquello que se nos quiera plantear como científico. Menos aún cuando sea de riesgo para las personas.

3. Como madres, podemos hablar desde la experiencia. Las personas homosexuales se enfrentan a una situación particularmente difícil en sus vidas: aceptarse a sí mismos. La mayoría de nuestros hijos e hijas han pasado por momentos de depresión y conflicto ante el rechazo provocado por la sociedad e incluso teniendo el suicidio como una alternativa de solución en un mundo que rechazaba su verdadero SER.

Ninguna madre quiere que su hijo sea discriminado o violentado, que tenga que ir por la vida soportando el peso de la hostilidad y el rechazo. Sin embargo, la vida nos ha brindado el privilegio de tener hijos maravillosos y como madres cuentan con nosotras para luchar por sus derechos, principalmente derecho a una vida digna, sin miedo a ser lo que son.

Sabemos que sectores de la sociedad como este grupo de psicólogos querrán complicarles más la vida (que de por sí ya es complicada) y que personas como el juez les darán la espalda, en vez de garantizarles justicia. Sin embargo aquí estamos las madres, siempre a su lado y en pie de lucha. Reiteramos nuestro rechazo a la decisión del juez Waldemar Claudio de Carvalho y esperamos que esta decisión sea rechazada por las instancias correspondientes.

El Movimiento Latinoamericano de Madres de Hijos LGBT seguirá pendiente de estos retrocesos en materia de derechos, ya que tienen un compromiso con la sociedad, con sus hijos y ellas mismas.

¡Aplaudimos el comunicado de este gran movimiento y nos unimos a la indignación internacional contra este acto de retroceso social en Brasil de volver a hacer posible la tortura, como debe ser su nombre, contra población LGBT!

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