Me pregunto yo… ¿Será que los homosexuales salieron de una olla arrocera, una caneca de basura o de un hueco sin fondo? ¿Será que los homosexuales no tienen familia, madre, hermanos? ¿Es un pecado muy grande querer ofrecer amor y sostenimiento a un niño indefenso?

¿No hay asesinos, violadores, guerrilleros, jíbaros, ladrones, corruptos sueltos en la calle? Qué será más malo, matar a un padre o madre de familia por quitarle un celular, golpear a una esposa indefensa, violar a sus hijastros, o peor aún a sus propios hijos, prostituir niños, inducir a los adolescentes a la droga; o dos personas amándose, apoyándose, y queriendo vivir juntos por siempre…

A quién se le hace daño porque dos personas se amen, sea quien sea, del mismo sexo o contrario (hombre con hombre, mujer con mujer u hombre y mujer).

¿Quién es peor? El que ama a su pareja sea hombre o mujer, o el que se casa por aparentar y tapar su verdadera identidad sexual, engañando y exponiendo a su esposa a enfermedades y desilusiones al darse cuenta de esto.

¿De dónde sale tanto odio a otra persona por nada? Será que entre heterosexuales no hay aberraciones, no hay maldad, no hay crueldad. Hablando como si no hubiera orgías entre heterosexuales, no hay de los que pagan para que les lleven niñas vírgenes, quiénes promueven la prostitución y trata de blancas, ¿quién le paga a ellas por esto? ¿No habrá droga entre los heterosexuales?

¿Cuántos hogares heterosexuales hay destruidos con padres que maltratan a sus hijos? Y cuántos hogares heterosexuales bien constituidos orgullosamente con hijos e hijas gay, de padres completamente varones y madres muy femeninas.

¡Hasta cuando las madres, padres y hermanos de los homosexuales vamos a tener que ver cómo los maltratan, humillan, silban y burlan de ellos! No saben las personas que hacen las marchas contra ellos, que los insultan y llaman enfermos y engendros del demonio lo que siente el corazón de una madre, un padre o hermano de una persona LGBT, buena, noble, honesta y que es un buen ciudadano. Pues yo les digo: dolor, angustia, rabia e impotencia.

¿Se alcanzan a imaginar lo que siente una madre cobarde que tiene que enviar a su hijo o hija al exterior para no afrontar socialmente que es gay o lesbiana, y tener que escuchar su conciencia todos los días reclamándole por esto? O lo que es peor lo que siente una madre que obliga a casarse a su hijo para ocultar su identidad sexual.

Hay que tener hij@s, amig@s, confidentes homosexuales para escuchar cómo cada historia puede llegar hasta el suicidio por la incomprensión de los padres, por miedo a una sociedad que condena y juzga como si fueran dios.
Yo creo que es hora para que cada una de las familias que tenemos hijos LGBT, afrontemos, pongamos el pecho, levantemos la cabeza bien en alto y defendamos los derechos de nuestros hijos ¡Los vi pues!

No hay porque dejarlos solos como si los hubiera parido la tierra, ellos y ellas salieron de un vientre con nueve meses de gestación, de un hogar conformado por padres ¡No están solos!… Y lo más importante, son seres humanos, hijos de dios como todo lo que tenga vida.

Los hijos son regalos de dios para que los disfrutemos como sean, feos, bonitos, de cualquier color, inteligentes, brutos, buenos, malos, no podemos devolverlos porque no nos gusta cómo llegaron; y pienso que amamos y honramos más a cualquiera que sea el dios en el que creamos recibiendo estos regalos con amor y valentía, que desconociendo y ofendiendo su voluntad.

¿Por qué sufren tanto por lo que los demás hagan? A mí en qué me afecta si dos hombres o dos mujeres tienen relaciones, porqué malgastar nuestro pensamiento en esto. Cada cual llena su maleta para el último viaje con lo que quiera echarle y es la única persona responsable de cargarla y ser juzgada al final.

Por último, entiendo que no todo el mundo esté de acuerdo con la homosexualidad o que ellos no les gusten. Lo único que exijo es RESPETO, además porque hay otras cosas más importantes en este país, como para que la gente se desboque en insultarlos y ataques.

Sería más útil hacer marchas para construir un país mejor, no para sembrar el odio y la discriminación, haciendo más difícil la vida de muchas madres y familias enteras. Lo más triste es que muchas personas que marchan, hablan y vociferan sin ni siquiera haberse tomado la molestia de investigar sobre el tema, ni leen artículos a favor de la homosexualidad, los pasan por alto y publican sólo cuando se habla mal.

Pido con clamor y valentía a las familias con hijos e hijas LGBT que nos unamos simplemente para exigir respeto y buen trato por personas normales, que simplemente siguen los latidos de su corazón por un ser de su mismo sexo, lo único que necesitan es comprensión y amor.

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