En la víspera del desfile y celebraciones del Orgullo Gay de Jerusalén, la policía se encuentra en estado de alerta para enfrentar cualquier incidente.
La muerte de un adolescente a manos de un judío ultraortodoxo durante las celebraciones del año pasado y las declaraciones homofóbicas hechas por algunos rabinos recientemente anuncian un ambiente tenso en la ciudad santa.
En 2015, Shira Banki de 16 años, murió apuñalado por Yishai Shlissel, judio ultraortodoxo condenado el mes pasado a cadena perpetua por ese crimen.
Shlissel también hirió con su daga a otros cinco participantes. Esta agresión se había creado una gran controversia; desde el punto de vista de la seguridad, como desde el punto de vista moral ya que Shlissel había sido puesto en libertad pocas semanas antes del incidente tras cumplir una condena por herir a tres otras personas en el mismo evento del Orgullo Gay del año 2005, 10 años antes.
La comunidad judía ultraortodoxa, particularmente numerosa en Jerusalén, se opone a la celebración del Orgullo Gay; muchos de los rabinos consideran la homosexualidad como una enfermedad en el mejor de los casos y en el peor, una perversión que se debe combatir por todos los medios.
De acuerdo con un comunicado de la policía, este año cientos de agentes y guardias de fronteras se movilizarán este jueves “para mantener la seguridad de los participantes, el orden público y el buen desarrollo del evento”.