Turquía ha declarado que no piensa volver al Festival de Eurovisión hasta que se prohíba la participación de personas LGBT en el programa.
Eurovisión es un festival de canto que a parte de reunir a grandes representantes de la Unión Europea en una competencia de talento de manera anual, se ha consagrado también como una competencia abierta a la inclusión y la diversidad.
Demandando un rompimiento con el reglamento del programa, en 2012 Turquía se retira abruptamente de la competencia, país que ha sido fundamental con su participación desde 1975.
En el año 2013 Finlandia se suma a esta competencia y con ello un controversial hecho que marcó historia dentro del programa, cuando la concursante Krista Siegfrids besó a su bailarina de respaldo durante la canción Marry me, llevando a que Turquía descartara la transmisión desde entonces de la competencia en su cadena televisiva.
Desde este suceso, Turquía ha reiterado incluso al día de hoy su decisión de no volver a participar del festival, citando como inapropiada la transmisión televisiva de Conchita Wurst ganadora del año 2014.
“Como locutor público no podemos transmitir en vivo a las 9 p.m., cuando los niños ven, un austriaco con barba y falda, que dice no tener género y dice ‘soy un hombre y una mujer al mismo tiempo’. Ibrahim Eren, Turkish Radio and Television Corporation (TRT)
En Turquía no se penaliza la diversidad sexual, aunque por otro lado la población LGBT aún vive bajo el estigma y opresión de la gente, al presentarse ataques verbales y policíacos durante manifestaciones del orgullo.
Rusia y China ya han presentado anteriormente sus posiciones adversas al programa luego de que en varias oportunidades en el escenario fue protagonista la diversidad, optando también por la censura de sus transmisiones y su retiro de la competencia.
“Aquí hay una especie de confusión de mentalidad … una vez que esto se corrija, volveremos a Eurovisión“.