Su androginia lo destacó como modelo en Colombia. Ahora su talento le abre las puertas en las pasarelas de Europa.
Desde que inició a modelar a la edad de los 15 años, para marcas independientes, Ricardo Domínguez comenzó a desarrollar un estilo propio que fue creciendo como una bola de nieve. Cuando realizó su primer trabajo andrógino se empezó a regar la voz y lo empezaron a llamar para fotografías en revistas. Ahora, gracias a un trabajo arduo y al respaldo de su agencia, este joven de tan solo 20 años, es considerado como el primer modelo andrógino en Latinoamérica.
Como anécdota de su experiencia como modelo andrógino, Ricardo comenta que una vez, después de un desfile, una periodista le preguntó a otro modelo cómo se sentía por haber desfilado como único hombre junto a tantas mujeres. “Yo también había desfilado y estaba al lado del modelo cuando ella lo entrevistó. Simplemente sonreí y no dije nada. Desde eso me empezó a rondar la idea de que como modelo podía sacarle provecho al asunto de mi cara femenina. Cuando estaba en el colegio mis compañeros me decían, nunca con ánimo de ofender, que tenía rasgos demasiado finos, que mis ojos eran como de mujer. Igual, cuando era más pequeño, las señoras le decían a mi mamá que yo tenía nariz y pestañas de niña. Es algo que siempre me ha perseguido”.
Ricardo considera que ser modelo andrógino no es nada fácil en Colombia, pero a él eso lo motiva aún más, pues lo “fácil lo aburre”. Afirma que al principio fue muy duro para sus padres ver a su hijo desfilando como mujer, pero con el tiempo se empezaron a sentir orgullosos. “La gente a veces tiene muchos prejuicios y ante todo una percepción de belleza fabricada, arraigada”.
“Creo que todos los seres humanos somos una unión de características masculinas y femeninas y que la androginia también puede ir por dentro. Creo que todos los hombres tenemos en nuestro interior actitudes femeninas y ellas, de nosotros. Nuestro problema es que la sociedad nos ha impuesto cómo deben ser los hombres y cómo las mujeres, y esos estigmas son los que nos hacen tan intolerantes. Por eso amo mi cuerpo, porque ahora estoy rompiendo estereotipos y estoy logrando que cada persona que me vea reflexione, así sea por un instante, que el género va mucho más allá del sexo con el que nacemos.”
Cuando posa como hombre lo hace como algo natural, pero cuando modela como andrógino es diferente y pues se pone el reto de verse real. Y es que su trayectoria académica en la actuación sin duda ha sido un componente que le ha ayudado mucho a la hora de personificar, frente a la cámara o en las pasarelas, la androginia. “Nada saco con parecer mujer si mi comportamiento es tosco como el de un hombre. Entonces, aprendí a analizar a las mujeres y descubrí que sus movimientos son lentos, suaves y que las miradas son diferentes. Pongo en práctica todo lo que he aprendido haciendo teatro y ya me resulta natural modelar como mujer.”
Desde hace un par de semanas se encuentra en París, y al hablar con egoCity, afirma que se siente feliz pues “La agencia ha sido mágica, son súper queridos conmigo y me han tratado muy bien… Además. París es absurdo.”
Prefiere no hablar sobre sus planes hasta que no se hayan hecho realidad. Asegura que en tierras europeas solo se enfocará en trabajar y trabajar, sin olvidar que “los pies siempre deben estar en la tierra, pero el corazón y la mente en el cielo”.