El artista británico se sentía avergonzado de su sexualidad, explica que usó las drogas y el porno para “llenar el vacío”.
Con 21 años el cantante Will Young reveló su orientación sexual ante la sociedad. Sin embargo, años atrás tuvo que luchar por superar la vergüenza que le producía su sexualidad utilizando el porno y el alcohol como vías de escape.
“Era adicto al amor, y todavía soy adicto, adicto al porno y definitivamente, adicto al alcohol. Nunca tenía una cita sin haber tomado al menos dos copas antes de salir de casa y ni siquiera me daba cuenta de que eso era un problema”, expresó el artista en un discurso en la Universidad de Westminster (Reino Unido) este fin de semana durante el Día Nacional del Orgullo del Estudiante Gay.
Young argumenta que siempre vuelve al tema de la vergüenza porque es algo básico. “Hasta que la superé simplemente me dediqué a practicar sexo para llenar el vacío, ver porno, comprar, lo que fuera. Nos dicen que en cuanto salgamos del armario todo estará bien, pero ese no es el caso. Es distinto ser un joven LGBT porque si eres heterosexual no tienes que enfrentarte a toda la acumulación de vergüenza por tu sexualidad e identidad”, explicó ante el auditorio.
Pese a asegurar que recurrió a las drogas, Will considera que no desarrolló una adicción, argumentando: “realmente no me aficioné a las drogas. Las tomaba de vez en cuando, pero realmente no me hice adicto a ellas”.
El artista se sometió a tratamiento en un centro de rehabilitación en 2012 y aprovecha su experiencia para hacer campaña en los colegios y enseñar a los niños a lidiar con su sexualidad desde jóvenes.
“Hay áreas en las que no estamos cubriendo las necesidades de los jóvenes. Estamos centrados en, creo que con razón, los derechos legales. De lo que me he dado cuenta en el análisis de estadísticas es que el gobierno no se está centrando en ayudar a los jóvenes LGBT en los colegios. Lo primero que pienso es que esa diferencia no se reconoce en este país. Somos todos diferentes y no podemos ser iguales. Así que promover la diferencia en los colegios permitiría a todo el mundo ser más tolerante y afectuoso”.