Respetada doctora Viviane Morales:
Me tomo el atrevimiento de escribirle esta carta, aunque dudo mucho que la vaya a leer y si lo hiciera seguramente no la respondería.
Me gustaría entender por qué tanto rechazo (u odio) hacia la comunidad LGBTI. De verdad no lo comprendo, usted tiene una hija lesbiana y está interfiriendo en los derechos de ella, quizás ella quiera adoptar y usted se lo quiere impedir ¿no le gustaría tener un (a) nieto (a) de su hija?
Tal vez usted se siente frustrada porque no pensó que su hija, quién fue criada “en los caminos del Señor”, saldría lesbiana y que todo el país se enteraría de ello.
Pero lo que me parece aún más absurdo es que usted, que en el pasado fue víctima de los señalamientos de otros cristianos por divorciarse y volverse a casar (sus razones tendría para ello), ahora se aferra a sus prejuicios religiosos para impedir la felicidad a personas que no le han hecho ningún daño.
Doctora Viviane, si usted se atrevió a contradecir la enseñanza ortodoxa de la biblia que dice que si una mujer se separa de su esposo y se casa con otro comete adulterio ¿por qué no puedo tomar la misma posición hacia la homosexualidad y aceptar a los que somos diferentes?
Usted como yo creemos que Dios es amor, si Dios me puede amar como gay ¿por qué usted no lo hace? Se supone que los cristianos son diferentes de los que no lo son precisamente porque aman sin condición.
Por último, el 13 de diciembre durante el debate su nuevo esposo dijo que hay que hacer “lo cristianamente correcto”. Según le entendí a Jesús “lo cristianamente correcto” es amar al prójimo como a nosotros mismos ¿o será que usted no se ama y no puede dar de lo que no tiene?
PD: cada día más iglesias cristianas en el mundo aceptan y afirman a los (as) LGBTI, igual que a divorciados y otros grupos marginados por la institucionalidad religiosa. Ojalá recapacite pronto y no cometa el craso error de pasar de ser una víctima del sistema a una verdugo.
Su hermano en Cristo,
Fabio Meneses