La activista LGBT, Qiu Bai, demanda al Ministerio de Educación chino por libros que discriminan, exigiendo su retirada de las aulas de clase.

Qiu es lesbiana y estudiante universitaria de la provincia de Cantón. El pasado 10 de enero se presentó en el Alto Tribunal Popular de Pekín, donde le esperaban algunos simpatizantes con pancartas y banderas arcoíris, para exponer su demanda en una sala de juicios sin público, con la presencia de dos representantes del Ministerio de Educación.

La joven sostiene que algunos libros de texto chinos todavía enseñan a los estudiantes que la homosexualidad es un «trastorno psicológico» que puede ser tratado médicamente con prácticas tan drásticas como las descargas eléctrica y pide la retirada de estos materiales.

«Son una muestra de discriminación, un mal ejemplo», señaló Qiu. Quien además subrayó que la retirada de este material educativo «es importante para los estudiantes homosexuales».

Qiu subraya que ella misma fue víctima de malentendidos debido a ese tipo de textos:

Cuando me di cuenta de que era homosexual tenía miedo, no sabía si era normal o no, así que fui a la biblioteca de la universidad y también acudí a clases donde los materiales que utilizaron decían que ser gay era un problema tratable con electrochoques. Me hizo sentir mucho miedo, por lo que quiero que otros estudiantes en mi situación no sufran con materiales así.

Los tribunales de Pekín rechazaron en primera instancia, tras hacerse cargo del caso en octubre del año pasado. Aunque admitieron la apelación en segunda instancia, de la que ha hecho uso Qiu.

China despenalizó la homosexualidad en 1997 y la eliminó de la lista de enfermedades mentales en 2001, aunque algunas referencias discriminatorias aún permanecen en libros y manuales educativos.

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