La economía rosa, aquella que se potencia gracias a la fuerza de compra y venta de los sectores LGBTI+ ha movido la economía a lo largo de los años y así parece que volverá a ser luego del fuerte impacto que tuvo la pandemia en las personas sexualmente diversas.

Partiendo del hecho que una persona que se autoreconoce como diversa en su orientación sexual, identidad y/o expresión de género, posee las mismas cualidades y aptitudes que cualquier otra persona en la sociedad, con seguridad podemos declarar que las condiciones en cuanto a oportunidades de empleo y crear empresa deberían ser iguales para todxs, sin distinción.

Se estima que más del 10% de la población colombiana hace parte de los sectores poblacionales LGBTI+ y para el 2016, según datos de la CCLGBT (Cámara Colombiana de Comerciantes LGBT), sectores como el turismo, el entretenimiento, la salud y el cuidado personal habían sido impulsados positivamente por un poder de compra que ronda los 73 billones de pesos aportados por personas pertenecientes a esta población.

Es decir, la población LGBTI+ representa un fuerte potencial de mercado que incentiva la actividad económica en el país. Valor agregado a ello, es la alta fidelidad de la misma población con las marcas, bienes y servicios que tienen apuestas con auténtico compromiso social, ofreciendo productos y servicios creados por la población y/o para satisfacer múltiples necesidades particulares de orientaciones, expresiones e identidades no hegemónicas como esencia de vida.

Desde un aspecto general, la población diversa retribuye muy bien en su ejercicio económico al país; sin embargo, en la actualidad existe un importante reclamo por hacernos más partícipes del desarrollo de este mismo mercado de manera equitativa, para consolidar una “economía rosa” donde se trabaje por un empoderamiento económico desde una visión interseccional en todos los sectores poblacionales LGBTI+ por igual, sumando a la generación de empleo y la creación de empresa, para hacer frente a la emergencia social profundizada por la covid-19.

Las herramientas digitales nos han permitido otras formas de conexión, colaboración y construcción de tejido social.

Es gracias a esto que nace #CompraOrgullo, una plataforma que le apuesta a la juntanza de marcas, emprendimientos y unidades productivas por y para los sectores LGBTI+, donde las dinámicas de economía colaborativa en lo local se llevan al comercio electrónico, con el apoyo de la Alcaldía de Medellín, para sumar impacto y apertura de mercados.

Esto nos lleva a preguntarnos en la actualidad, ¿qué retos enfrentan lxs emprendedorxs LGBTI+ con las nuevas dinámicas del mercado y la economía, para lograr aportar desde sus ideas de negocio a la construcción de tejido social?

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