A dos horas de Cali el colegio público Manuel Dolores Mondragón da ejemplo de trato a las orientaciones sexules y de genero diversas en Colombia.

Gabriela Espinosa a los 12 años, le contó a su madre que le gustaban los hombres y desde los 16 empezó a vestirse como mujer. Buscó un colegio donde le permitiera asistir a clases con falda.

A sus 17 años es consciente de su proceso:

Desde pequeñita sentí que estaba en un cuerpo diferente, que no era mío. Inclusive, ahora me siento inconforme con mi parte íntima, no me gusta, quisiera cambiármela.

Gabriela Espinosa bautizada por sus padres como Jhon Janer Quintero Espinosa. / FOTO: pulzo.com
Gabriela Espinosa bautizada por sus padres como Jhon Janer Quintero Espinosa. / FOTO: pulzo.com

Para Óscar Henao rector del colegio público Manuel Dolores Mondragón, donde estudia Gabriela, indica la aceptación ha sido muy grande. «Los jóvenes lo han tomado con una gran naturalidad, considero que es un ejemplo que da la juventud a los adultos», argumenta el rector.

Según la psicóloga Sandra Trujillo, que la ha acompañado en todo su proceso de transformación a Gabriela indica que: «Estaba atrapada en el cuerpo equivocado… Biológicamente es un niño, pero emocional, sentimentalmente, es una mujer».

En el colegio, explicó Henao, primero le permitieron usar todo el tiempo el uniforme de educación física, que consideran neutral y mixto, mientras dictaban talleres de diversidad sexual y libre desarrollo de la personalidad a los docentes y estudiantes para explicarles la situación. Tras informar a los padres de familia, el colegio fijó una fecha para que Gabriela estrenará su uniforme femenino.


Hace tres semanas la joven fue recibida en la escuela con aplausos y un letrero que decía bienvenida. «Yo los respeto, como ellos me respetan a mí», contó Gabriela, quien sueña con estudiar diseño de modas.

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