El atleta sigue haciendo historia, no solo por su rendimiento deportivo sino por exponer el amor naturalmente.
Antes de entrar a competencia, Gus se reunió con sus familiares y amigos, sin embargo el momento que se inmortalizó frente a millones de espectadores fue el beso que le dio a su novio.
“No sabía que eso fue un momento televisado, pero fue asombroso” decía Kenworthy a un diario inglés después del suceso.
“Era algo que quería hacer desde los Olímpicos pasados, besar a mi novio, pero era algo que tenía miedo de hacer por mi mismo”
Siguió “Creo que la única manera de cambiar las percepciones, romper con la homofobia, romper con las barreras es a través de la representación, eso es algo que definitivamente no tuve como niño”
Kenworthy, a pesar de haber perdido la medalla olímpica, se siente muy orgulloso de su papel en las justas.
“Estoy realmente orgulloso de estar aquí, empezar en estos juegos ha significado el mundo para mí, ser realmente yo, ser auténtico y terminar la carrera final. Obviamente subir al podio hubiera sido la cereza del pastel”
“No era el resultado deportivo que esperaba -tiene una fractura en un dedo- pero estoy orgulloso de representar a la población LGBT y estar aquí con otros atletas que también lo están y ser parte de un país tan increíble y diverso”.
Gus y los demás atletas LGBT hoy brillan orgullosamente como los mejores en sus disciplinas. Nosotros estamos orgulloso de estos jóvenes que abrazan su identidad, que derriban estigmas, que sirven de referente a miles de niños y adolescentes que ven en ellos la puerta para hacer parte de un nuevo mundo donde la diversidad y la gloria van de la mano.