La nueva versión de La Bella y la Bestia ocupa un lugar central en la edición de abril de la revista Attitude. En el artículo de portada, el director Bill Condon revela cómo el cuento de la bestia y su maldición en realidad puede leerse como una alegoría de la epidemia del SIDA.

Howard Ashman, fue el compositor de la música de grandes clásicos de Disney como La Sirenita y Aladdin, durante la primera fue diagnosticado con SIDA, así que cuando escribió las canciones para la versión animada de 1991 de La Bella y la Bestia, quizo darle más protagonismo al personaje de la Bestia dentro de la historia, viéndose representado en su maldición como una metáfora de la enfermedad.

Fue una maldición y esta maldición había traído dolor en todas aquellas personas que lo amaban y tal vez había una posibilidad de un milagro y una forma para que la maldición fuese levantada

Lamentablemente, Ashman falleció el 14 de marzo de 1991, cuatro días después de la primera proyección de la película y ganó dos premios Grammy póstumos por su trabajo musical en la producción.

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