¿Puede Dolce & Gabbana estar en contra de las familia homoparentales? Claro que sí ¿Tiene Elton John la autoridad para convocar un boicot? ¡Pues, por supuesto que sí!
Para todos fue una sorpresa que dos hombres públicamente homosexuales como Dolce y Gabbana salieran a los medios a dar este tipo de declaraciones. El 12 de marzo en una entrevista que la ex pareja de diseñadores dio a la revista italiana Panorama, dejaron clara una vez más su opinión frente a los derechos de la comunidad LGBT. Ya en el 2006 se habían mostrado en contra del matrimonio homosexual y este año, se opusieron a la inseminación in vitro y el alquiler de vientres. Se refirieron a estos niños como “hijos de la química y niños sintéticos”.
Como respuesta, Elton Jhon, quien tuvo dos hijos gracias al alquiler de un vientre, reaccionó inmediatamente convocando un boicot que rápidamente recibió el apoyo de muchas celebridades e usuarios de redes sociales.
Ricky Martín, otra estrella que le debe sus hijos al mismo método, también expresó su descontento: “Sus voces son muy poderosas para estar esparciendo tanto odio. Despertad, por favor, es el 2015. Repartan amor”.
Todas estas reacciones son magníficas porque estos son derechos por los que llevamos luchando desde hace mucho tiempo y no podemos parar. Hay que tratar a esta marca de la misma forma que a todos los políticos y demás compañías que han mostrado desacuerdo con estos derechos.
Protestar es un derecho, igual de importante a libertad de expresión y opinión.
Aunque pueda resultar extraño que una persona gay esté en contra de los derechos de la comunidad, cada quien tiene derecho a pensar lo que quiera. Nadie puede obligar a estos diseñadores a estar de acuerdo con uno u otro modelo de familia.
Es cierto que estos serán dos hombres cuyas opiniones hacen gran peso en los medios de comunicación, pero a la hora de la verdad no influyen mucho en la opinión pública. No son más que celebridades, y sus comentarios sensacionalistas no tienen mayor réplica. Ningún diseñador de moda tiene el poder de quitar o brindar derechos. A la hora de la verdad, sus palabras no van a influir las discusiones en la Corte Constitucional colombiana, o en el estado de Arkansas, por ejemplo.
Entonces, no podemos atacar a Dolce & Gabbana por tener una opinión propia frente a un tema, es su derecho y hay que respetarlo. Probablemente, lo más benéfico para los derechos de la comunidad LGBT es no hacer mucho ruido al respecto para que sus palabras vayan y vengan sin afectar mucho.