Una pareja gay alemana que ha alojado en Berlín a 24 refugiados de Siria, Afganistán e Irak  dijeron estar “decepcionados” y te sorprenderá saber el porqué.

Con la creciente ola de refugiados del Medio Oriente hacia Europa, el Viejo Continente enfrenta una nueva discusión sociopolítica: ¿qué hacer con ellos? ¿Qué obligación tiene la sociedad europea al respecto? ¿Cómo manejar la islamofobia? Sin respuestas a estas preguntas y una reacción general negativa por parte de gobiernos y ciudadanos, una pareja gay que vive en Berlín, Alemania nos da una lección después de abrirle las puertas a 24 refugiados.

Dirk Votlz y su pareja abrieron han alojado en la capital alemana a un total de 24 refugiados provenientes de Siria, Afganistán e Irak, sin importar la preconcepción que se tiene de que estas personas son homofóbicas.

En una publicación en su Facebook Votlz narra la experiencia que tuvieron, cargada de sorpresas, buenos momentos y una gran “decepción”:

“Es especialmente en los malos momentos cuando se debe hacer balance. El mío luce así: desde el mes de julio, 24 personas de Siria, Afganistán e Irak se han alojado con nosotros.

Los cuchillos siguen ahí, justo donde los dejé sobre la tabla de cortar, antes de que invitados de Siria o Irak llegaran.

Las llaves de nuestro dormitorio nunca se han usado, a excepción de la vez que un querido invitado de Afganistán las usó como juguete para los gatos. Nuestros cuatro gatos, viejos y gordos, se lo pasaron tan bien como él.

Pero, volviendo a los cuchillos: lo único que se ha ‘matado’ con ellos ha sido un par de cebollas, mucho ajo y todavía más carne.

Mario y yo todavía vivimos. Quizás incluso de un modo más intenso que antes. Sí regresaremos a nuestra “vida normal”.

Viendo que les fue tan bien con sus invitados, la pareja se pregunta cuál es el miedo que tienen los europeos de ayudar a personas que en este momento tanto lo necesitan y asegura que en ningún momento sintieron que estas personas los quisieran “islamizar”.

Por favor, ¿qué está pasando? Ningún musulmán de los que se quedó aquí intentó matarnos mientras dormíamos. Ninguno nos insultó porque fuéramos dos hombres compartiendo una cama. Nadie en ningún caso dijo que prefiriera la Ley Sharia sobre la Constitución alemana. Ninguno hasta ahora no ha lamentado haber dejado su país.

Si tuviéramos que contar alguna mala experiencia, sólo diría que nuestros nuevos amigos usan demasiada sal y azúcar. Nada que no se pueda solucionar con una compra en el supermercado.

¿Dónde está entonces el proceso de ‘islamización’ de Alemania? Quizá se quedó en algún lugar de la ruta de los Balcanes -el camino que recorren muchos refugiados hasta llegar a Europa a través de Hungría-. Para los ‘alemanes preocupados’ esa ‘islamización’ llegará, sin duda. Si no ahora, será en 2016, 2017, 2018…

“La verdadera decepción”, como lo menciona Voltz es la reacción de los personas que los conocían, quienes más que decidir no ayudar, prefieren criticarlos a ellos por hacerlo.

 La verdadera decepción para nosotros llega en forma de un SMS cualquiera, de amenazas de muerte en la calle o de cartas insultantes dejadas en la puerta de casa.
O simplemente de los amigos de la escuela, que prefieren citar a Alternativa por Alemania (AfD) -partido euroescéptico y conservador- y quejarse. En vez de enfrentarse a la crisis, es preferible llorar como si no hubiera un mañana. ¡Despertad de una vez!

Como si se pudieran parar los movimientos migratorios. Como si se tuviera alguna influencia sobre la guerra. Como si no tuviéramos todos responsabilidad del horror y el dolor que ocurre en el mundo.

Todo es posible, nada es obligatorio. ¿Quién sabe lo que ocurrirá algún día? Lo que sí sé con certeza es que este verano y este otoño han cambiado nuestras vidas. Podéis estar ahí para otros. O simplemente podéis seguir teniendo miedo. En ese caso lo lamento. Siento pena por aquellos que viven instalados en el miedo”.

Como lo explica su publicación, la decepción se origina por la reacción de los mismos alemanes, quienes llegaron hasta la amenaza, por criticar a este par que decidió ayudar. Más adelante cuenta que lo único negativo es que tuvieron que comprar más sal y azúcar, porque “cocinar para tantos requiere mucha sal y azúcar”.

Votlz le dijo a BuzzFeed Germany que “amigos y colegas tenían miedo de conocer a los refugiados que estaban en nuestra casa. Pero una vez que los conocían, ya no sentían más miedo”.

En la siguiente foto Mjood, Mh y Nosair, tres de los refugiados que llegaron a ayudar, le mandan un saludo a los amigos del alemán:

Aunque en este momento la pareja no está hospedando ningún refugiado en su casa, pues quieren descansar durante el mes de noviembre, en definitiva su historia es una enseñanza para los europeos y el resto del mundo.

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