ILUSTRACIÓN COMPLETA POR: Daniel Arzola. Ready for it, ilustración para El proyecto #PleasureOnPreP una serie de entrevistas sobre chicos cuya vida sexual ha sido influenciada por el uso de #PreP.
Personalmente no creo que yo quiera vivir 100 años, pero es lindo saber que es una posibilidad después de que, en los años 80 y 90, antes de existir el tratamiento antirretroviral -ART, la expectativa de vida de un paciente con VIH era de unos 10 años, en el mejor de los casos. A veces, no superaban los meses.
Pero este mes celebramos el cumpleaños número 100 de un hombre en Portugal que vive con el virus. Se le conoce como “el Paciente de Lisboa” y es ahora el caso documentado de la persona más vieja viviendo con VIH en el mundo. Claro está que para llegar a esta edad habría que tener muchas características sociales también, pero ya alguien lo logró y eso es importante.
A su vez, medios españoles hablan de los superVIHvientes, personas que contrajeron el virus hace 30 años en medio de la cantidad de muertes que hubo en sus inicios y hoy siguen vivos. Y saber que hay personas que deciden no realizarse el examen porque si se van a morir, prefieren no saberlo. Lo sé, porque me lo han dicho de esa forma.
No les voy a mentir, cuando recibí mi diagnóstico lo sentí como una pena de muerte. No me había graduado de la universidad y me preguntaba si iba a alcanzar a terminarla. Me vi a mí mismo preguntándole a un médico cuánto me quedaba de vida, así como en las películas, pues por dentro sentía que ya había llegado el momento y que solo restaba esperar.
Es que es curioso, como un virus que es asintomático, en el momento en que te confirman el diagnóstico lo empiezas a sentir por dentro. Sientes como algo se mueve entre tus venas y te debilita. Una tos, un estornudo, una ojera, algo que te pica en las manos. Te sientes enfermo, sientes que los demás te ven enfermo. Pero no, la verdad es que estás vivo.
En la actualidad la expectativa de vida de una persona diagnosticada con VIH que vive en un país con acceso a los medicamentos es de alrededor 60 años a partir de su diagnóstico, siempre y cuando tenga adherencia al tratamiento.
Más exactamente, una persona de 20 años que empiece su tratamiento con un conteo de CD4 mínimo de 350 células/mL puede aspirar a llegar a los 78 años de vida. La expectativa de vida de la población general en un país del primer mundo es en promedio de 80 años, Colombia, incluso, está en 76.
Esto lo comprobó un estudio de 2017 que fue publicado en Lancet HIV que analizó 18 bases de datos de países europeos y norteamericanos. En total, tuvieron información de 88.504 personas que vivían con VIH y empezaron el tratamiento en el 2009 o antes.
Hay varios factores que nos pueden ayudar una vida más larga y tranquila. La mayoría son las mismas recomendaciones que los médicos le dan a cualquiera: comer saludable, hacer ejercicio, dormir bien, evitar el estrés y los vicios. Nada raro ahí.
Lo único que debemos tener adicional a eso es evitar consumir alimentos con toronja y mucho ajo o consumir medicamentos a base de flor de San Juan, pues pueden contrarrestar el efecto de los medicamentos.
De resto, un diagnóstico a tiempo y adherencia al tratamiento es todo lo que necesitamos. Por eso es preocupante que en este momento personas en México estén denunciando un posible desabastecimiento de los ART en su país, pues esto significa que el virus se puede volver resistente al esquema que estén tomando y deban buscar terapias más amplias y costosas.
Luis Adrián Quiroz Castillo, coordinador de la agrupación Derechohabitantes viviendo con VIH del IMSS hizo público el desbasto de cinco ART en el país, entre los que se encuentran Efavirenz, Abacavir-Lamivudina, Truvada, Emtricitabina-Tenofovir y Kaletra.
Conversé con un joven de Ciudad de México y me comentó que esto se debe a que el nuevo gobierno no realizó la compra de medicamento a tiempo y apenas en mayo van a realizar las licitaciones para adquirirlos. De ser así, solo hasta septiembre la población tendría de nuevo acceso a ellos, pues hay que tener en cuenta tiempos de tramitología y burocracia.
Esperemos que esta situación se solucione lo más pronto posible en este país y los gobiernos entiendan que nosotros nos podemos cuidar, siempre y cuando nos aseguren por lo menos el acceso a los medicamentos que necesitamos.