Tal vez sin saberlo esperamos en silencio mientras que todos terminaran de verse 13 Reasons Why hasta el día en el cual se conmemora el Día Mundial de Lucha Contra El Bullying, para poder hablar del tema (cuidado puedo llegar a ser spoiler)

No podemos evitar sentir un gran taco en la garganta al ver en nuestras pantallas todo lo que sintió Hannah Baker y recordar en ella tantas víctimas que se ha llevado el matoneo escolar en unos tiempos donde más allá de un mundo hiperconectado, vivimos en una sociedad vouyerista donde se desea fervientemente espiar la intimidad del otro.

La escalada de sucesos a los que se enfrenta Hannah Baker en 13 Reasons Why junto a Clay, Justin, Jessica, Alex, Tyler, Courtney, Marcus, Zach, Ryan, Sheri, Bryce, Tony, e incluso las directivas de la escuela y los padres de los estudiantes son sólo el vivo ejemplo de la cantidad de sucesos que viven día a día los niños, niñas y adolescentes en sus instituciones educativas.

Al paso que vamos creciendo nos parecen más y más ridículas las situaciones dramáticas por las que se enfrentan miles de estudiantes de escuelas públicas y privadas alrededor del mundo, les restamos importancia pensando que simplemente es el juego de la vida, sin ser conscientes que algunos jugadores no tienen la misma fortaleza que los demás, o que realmente cada uno de nosotros está siendo parte de una cadena de sucesos que condenan a un túnel sin salida a la fatal víctima.

¿Cuántas veces nos hemos enfrentado a un abuso y la reacción ha sido mirar para otro lado? ¿Cuántas veces nos hemos reído de un rumor que juzgamos como indiferente para nosotros, pero que puede atentar contra la dignidad del otro? Nos acostumbramos a reír, a burlarnos, a hacer parte del juego para protegernos el pellejo.

Aunque nos duela admitirlo todos hacemos parte de una sociedad donde el abuso, la crítica y la violencia contra la diferencia se han convertido en prácticas ignoradas y silenciadas, por lo tanto, aceptables. Así siempre habrá una excusa para atacar a la persona con tiene unos kilos de más, que usa lentes, que se viste o habla diferente, con alguna malformación o algún tipo de capacidad física o cognitiva diferencial.

La aclamada serie de Netflix nos expone una cantidad de premisas dentro de su propio argumento dramático que poco a poco entrelazamos con nuestras propias vivencias y dolores hasta el más crudo detalle.

13 Reasons Why habla sin miedo de la diversidad, de los abusos, la violencia, el suicidio, las drogas e incluso violación… Expone abiertamente la vida de adolescentes que más allá de la escuela, su contexto familiar y social los conduce por un caos y una cantidad de cortinas psicológicas donde su físico, su sexualidad y estatus social priman para ver la realidad como una frágil torre de cartas que se va derrumbando rápidamente.

Por ejemplo, Alex y Courtney están comenzando a afrontar su orientación sexual desde frentes tan contrastantes y difíciles, como válidos… El primero hijo de un policía, con una formación apegada a la norma donde en su mente cree que una sexualidad lejana a la esperada por su padre se traduciría en represión y decepción. La segunda, hija adoptiva de una familia homoparental, se enfrenta al reto de no salir del clóset para evitar reconfirmar los paradigmas que se tienen contra las parejas del mismo sexo, lo que la pone en una cruzada de lucir perfecta para sus padres y defenderlos a capa y espada lejos del foco público.

Así como ellos dos, cada personaje tiene un trasfondo, una historia que hace parte de la estructura de su personalidad… Justin con su adicción a las drogas y búsqueda de aceptación constante resultado de los abusos que sufre por sus padrastros y la pasividad de su madre alcohólica, simplemente como un ejemplo más.

Así mismo, volviendo a nuestra realidad, cada acto que hacemos, cada palabra y comentario dejan una huella, y peor aún en digital. Más allá de analizar y pensar en qué signos puede llegar a presentar cualquier persona, por qué más bien no interiorizamos realmente las consecuencias que generamos, el bullying o matoneo no es más que el canal donde desemboca el dolor que cada joven tiene consigo de sus experiencias vividas.

Este 2 de mayo, DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA EL BULLYING la cuestión a mi parecer debería ir más allá del cómo atender y abordar a las víctimas del bullying escolar, debemos llegar a preguntarnos cómo evitar el mismo matoneo a través de la fuerte influencia de la sociedad sobre todas aquellas personas menores, quienes transitan etapas de crecimiento e inestabilidad emocional propia de la esencia humana.

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