Investigadores de la Universidad de Cambridge y el “Israel’s Weizmann Institute of Science” demostraron la posibilidad de crear células de esperma y óvulos usando células de la piel de dos adultos del mismo sexo.
Aunque el tema levante a su vez un debate de carácter ético por la “creación genética” de bebés, también abre una ventana de posibilidades para que las parejas del mismo sexo puedan tener un hijo biológicamente de ambos.
La investigación, en cabeza de Azim Surani, es financiada por el Wellcome Trust y fue publicada originalmente en la revista Cell el 24 de diciembre de 2014.
En el proceso usaron células madres de embriones y de cinco adultos diferentes. Las células madres se pueden convertir en cualquiera, entonces al igual que producir el esperma y el óvulo que se necesita, son suficientes para crear “un kit de reparación” que en últimas generarían cualquier órgano.
Mitinori Saitou, biólogo de la Universidad de Japón, fue la primera persona en crear células germinales artificiales (PGCs por su inglés original) en el 2012. Estas células se desarrollan sobre la etapa embrionaria y más adelante crean ovarios y esperma. Sin embargo, en el caso de células humanas, no logró que progresaran más allá del experimento, por la cual nunca se pudo intentar una fecundación.
El problema yace en la segunda parte del proceso, que hasta el momento nunca ha tenido éxito en seres humanos, pero probablemente era porque la primera parte del proceso Saitou seguía sin tener solución.
Hasta el punto de la fertilización in vitro solo había funcionado en la creación de un bebé ratón a partir de óvulos y esperma de laboratorio. Para los humanos, el proceso duraría dos años en total, según Jacob Hanna, especialista representante del ala investigativa en Israel.
“Tuvimos éxito en el primer y más importante paso del proceso, que era demostrar que podemos crear esta primera célula madre en un laboratorio”, declaró Surani.
No obstante, Hanna arguye que el equipo no está listo aún para hacer la prueba en seres humanos, pues siguen muchas incógnitas frente a lo que sucedería al inyectar PGCs en personas. Por ahora, van a hacer pruebas con ratones o primates no humanos.
Otro problema es que, por ejemplo, algunos estados de Norteamérica prohíben explícitamente la creación de embriones humanos con propósitos investigativos. Por lo tanto, muchos obstáculos legislativos, además de ético, se deben superar primero.
En adición, es importante mencionar que los científicos no están asegurando resultados a corto plazo, especialmente para el caso de parejas de lesbianas, por la estructura de sus cromosoma. Los hombres, como poseen X y Y, tienen mayores posibilidades de crear tanto óvulos, como espermatozoides desde sus células madres, caso diferente al femenino.