Mariposas Verdes el film que muestra la realidad del matoneo en Colombia está próximo a estrenarse.
Conversamos con Idania Velásquez Luna, guionista de este film, quien nos narró historias tras de cámaras que revelan un sentir más allá de su investigación.
Sencilla en medio de su oficina, sin afanes y abierta, Idania Velásquez Luna nos concede un espacio para hablar sobre su trabajo investigativo y creativo en la película “Mariposas Verdes”.
Nuestro momento con Velásquez comienza con su explicación del origen de la cinta, la cual llega luego de acabar el proyecto de investigación y guión para la Película Santa Laura, sobre la primera santa colombiana, también en conjunto con Gustavo Nieto Roa, director del film, “estábamos buscando una historia que nos sirviera, una historia que impacte”.
“Un día Gustavo me cita y me dice ‘mira esta noticia’ y revisamos lo que los medios sacaban del entonces reciente caso de Sergio Urrego. Nos impactó muchísimo a nivel social como las directivas de un colegio privado de clase social alta, donde tú has recibido una educación, fueran capaces de hacer este tipo de situación”.
Su impacto venía de una historia que ella aún no le cabe en la cabeza, “por lo general uno dice ‘el bullying está recibido por los mismos estudiantes y compañeros de clase’. Pero aquí era totalmente lo contrario, era el sistema educativo el que estaba haciendo matoneo”.
“¿Cómo los adultos logramos conllevar a un ser humano, independientemente por la condición por la que esté pasando, acorralar y que llegue a tomar una decisión bastante inesperada, trágica, triste y lamentable?”.
A nivel internacional comenzaron a surgir muchos casos similares al de Sergio. “Personas jóvenes, que no podían expresar su momento de vivencia, lo que estaban sintiendo, por lo que estaban pasando, y dejaban su video, carta o mensaje en internet”.
La guionista expresa que la historia de Sergio es una entre millones, “nos dimos cuenta de esta problemática y nos intereso mucho llevarla a la pantalla”.
Como bien sabemos e Idania nos lo resalta “el bullying no es una moda”. Expresa tajantemente que “las primeras que sufrimos matoneo fuimos las mujeres” con el machismo, al ser consideradas como un objeto.
Esta situación tan marcada y casi cotidiana del hacer o ser objeto de bullying hace que de una u otra forma “todos nos sintamos identificados con Mariposas Verdes”.
Velásquez comenta que en el proceso creativo nació una inquietud, si en Colombia sí estamos abiertos a este tipo de temáticas. “Uno sabe realmente que en Colombia ha sido muy complicado que la población LGBT pueda hacer valer sus derechos”, señala la guionista y expresa que ha habido grandes avances, aunque aún nos falta socioculturalmente hablando, sobre todo en el seno de las familias y una dureza en leyes que hagan del respeto una insignia.
Durante la preproducción de la película sucedieron muchas cosas que hacen replantearnos la visión actual de esta temática en nuestro país. “Se mandaron más de 500 cartas a colegios en Colombia para que nos alquilaran, cedieran o prestaran la locación. Solo 1 acepto. 499 no aceptaron, porque era esta temática. Sentí el rechazo de frente”, expresó Velásquez.
“Siempre quisimos contar la historia de Sergio tal como había pasado, pero desafortunadamente no obtuvimos el permiso de ambos padres de familia. Además es un tema sobre el cual se está llevando a cabo aún un proceso penal, no podíamos narrar algunas cosas que se habían obtenido en investigación para evitar interferir. Se tomo la decisión de ficcionar”
Velásquez expresa que el papá de Sergio no les dio el aval. Con voz quebrada añade “con eso ya no tienes nada”. Sin embargo en el proceso de investigación contó con el apoyo de la madre, Alba Reyes, quien le abrió su corazón, familiares, amistades cercanas, visitó el cuarto de Sergio, leyó sus escritos y compartió con miembros de la ULE (Unión Literaria Estudiantil).
Sin embargo la guionista afirma que al ficcionar se abrieron más temas como la transexualidad y el señalamiento por obesidad, entre otros.
Al crear una película de ficción, según Velásquez, “vemos nuestro personajes en papel como fichas de ajedrez, puedes moverlos como quieras, por donde quieras” sin embargo esta historia tenía un tinte diferente. “Sergio me enamoro”, expresa la libretista, “era él quien me decía por donde debía seguir”.
“Pasaron cosas muy curiosas”, expresa tajantemente Velásquez, quien argumenta que aunque no es la historia de Sergio, está inspirada en él y es “la persona en la cual muchos se van a sentir identificados”.
“Sentimos que Sergio estaba allí, nos pasaron muchas cosas de superpoderes”, señala Velásquez, quien se asombra porque es la primera vez que le sucede algo así en un proyecto:
“Un día trabajando con la prima de Sergio, le realice un comentario y ella expresó ‘que tal que se nos aparezca Sergio y nos diga que por ese lado no es’. Pues ese mismo día a la 1:00 a.m. se encendió sin explicación la impresora y el televisor”
Velásquez atribuye este suceso a Sergio ya que en la primera persona en la que pensó fue en en él en el momento del suceso.
Al año de muerte de Sergio, Alba Reyes invitó al equipo de Mariposas Verdes a una chocolatada para recolectar fondos para la creación de la Fundación Sergio Urrego, allí también se encendieron unas velas y se hizo un lindo homenaje en el parque de La Soledad.
“Guarde esas velas con un computador que íbamos a donar al Amazonas a un resguardo indígena. (…) Tres meses más tarde abro la bolsa del pc y las velas tenían una pegatina de mariposas verdes”
Nada es coincidencia. Inicialmente el título de la película, basada en los hechos reales de la vida de Sergio se iba a titular “Adios mundo cruel”; título inspirado en el último post del muro de facebook con la canción de Enrique Guzmán. Meses después, tras la noticia del cambio de rumbo hacia la ficción, su nuevo título “Mariposas verdes” coincide con aquel símbolo que lleva marcado el recuerdo de su año de muerte.
“Hemos sentido la presencia de Sergio en este proyecto de una u otra manera”. Para Velásquez él quiso ser la voz de muchos y llenó de magia este proyecto.