Finalmente el Vaticano optó por la suspensión del obispo polaco Krzystof Charamsa tras salir del clóset a principios de octubre.

El teólogo polaco Krzstof Charamsa fue suspendido de su trabajo como sacerdote por el Vaticano después de que el pasado 3 de octubre presentara a su pareja y le contara a la opinión pública sobre su homosexualidad.

La entrevista fue publicada por Il Corriere della Sera, el periódico de mayor difusión de Italia. En ella el padre constató que “quiero que la Iglesia y mi comunidad sepan quién soy: un sacerdote homosexual, feliz y orgulloso de mi identidad. Estoy preparado para pagar las consecuencias, pero es momento de que la Iglesia abra los ojos y comprenda que la solución que propone, la abstinencia total de la vida del amor, es inhumana”.

La polémica declaración se presentó en la víspera del sínodo mundial de obispos sobre temas de familia, momento altamente mediático para la Iglesia, y por la cual la institución optó por la terminación de sus obligaciones religiosas.

“Acerca de las declaraciones y entrevistas concedidas por monseñor Krzstof Charamsa cabe señalar que -a pesar del respeto que merecen los hechos y circunstancias personales y las reflexiones sobre ellos- la elección de declarar algo tan clamoroso en al víspera de la apertura del sínodo resulta muy grave y no responsable (…) Ciertamente, monseñor Charamsa no podrá seguir desempeñando las tareas precedentes en la Congregación para la Doctrina de la Fe y las universidades pontificias”.

Además de su trabajo con la Congregación, el obispo de 43 años era secretario adjunto de la Comisión Teológica Internacional vaticana y laboraba como profesor en la Pontificia Universidad Gregoriana y en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum.

Krzysztof Charamsa y su pareja Eduard Planas
Krzysztof Charamsa y su pareja Eduard Planas -Foto de vanityfair.it-

Charmsa aseguró que esperaba la presente reacción, pero aprovechó la oportunidad para cuestionar las posturas religiosas en relación con la homosexualidad. “Sé que voy a tener que renunciar a mi ministerio. La Iglesia va a verme como alguien que no supo cumplir su deber [en referencia a la castidad], alguien que se perdió y, peor, no con una mujer, sino con un hombre (…) Creo que la Iglesia puede ser una institución razonable, solo debe despertar”.

En sus declaraciones con respecto al sínodo, no solo cuestionó la crítica del Vaticano al señalar que “salir del clóset es una decisión personal y nadie puede decir cuándo es el mejor momento”, también utilizó el momento para hablarle a sus compañeros:

“Quisiera decirle al sínodo que el amor homosexual es un amor familiar, que necesita de una familia. Cada persona, también los gais, las lesbianas, los transexuales; llevan en el corazón un deseo de amor y familiaridad”.

Para finalizar el sacerdote concluyó su experiencia en la siguiente declaración: “No podía seguir viviendo una doble vida en una institución homófoba que por otra parte está llena de homosexuales”, remarcó Charamsa. “Me gustaría que mi gesto pudiera llevar un poco más de libertad a personas que tienen miedo y vergüenza de su propia sexualidad porque lo ven como algo sucio”.

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