La visita del Papa a la Casa Blanca ha generado fuerte controversia respecto a los asistentes al encuentro oficial.

Mientras que miembros católicos de la comunidad LGBT se sientan con un periodista de la MSNBC, el Vaticano publicó un comunicado en el que manifiesta su preocupación por la posible asistencia de activistas al encuentro con el Presidente de los Estados Unidos.

Como reportó el Wall Street Journal antes del célebre encuentro, el equipo del Sumo Pontífice se declaró “ofendido” cuando conoció que entre la lista oficial de invitados a la ceremonia de recibimiento del Papa Francisco se encontraban activistas transgénero y el obispo retirado gay Gene Robinson.

Mateo Williamson, quien dirigió el ala trans de Dignity USA, un grupo de católicos LGBT, le dijo a New Now Next que “esto no es tanto una declaración política, sino más bien la realidad de que hay muchos católicos LGBT y familiares de personas LGBT que se beneficiarían de un mensaje así proveniente de la Casa Blanca”.

Por su lado, el secretario de prensa de Obama Josh Earnest, pidió no saltar a este tipo de conclusiones cuando “habrán más de 15 mil personas allá también”.

De igual forma, todos quienes fueron invitados a este evento merecen estar ahí por su relevancia pública. Si el Papa Francisco ha aceptado previamente que “no es nadie” para juzgar a las personas gay si buscan a Dios, ¿por qué viene su equipo con una actitud diferente?

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